Los últimos acontecimientos en Ecuador parecen mas el seguimiento de un guión por parte del presidente, que la toma de medidas tras la revuelta. Todo parece indicar que se está siguiendo paso a paso un guión para buscar apoderarse del poder eternamente sacrificando la institucionalidad.

Es que no es normal las raras reacciones que se están dando luego de haberse dado el cierre de medios de comunicación, la amenaza de cerrar la Asamblea, tomarse las calles por parte de los militares y entregarle al ejército labores de policía.


Es tal la situación que el presidente de Ecuador Rafael Correa, ahora acaba de despedir a la policía presidencial y que el mismo gobierno recordara en su momento que la policía cercana al presidente no salió a la revuelta.

Hoy podíamos leer en los medios ecuatorianos cosas como estas: Los 19 policías que prestaban su servicio en la escolta presidencial se acercaron ayer al palacio de Carondelet a despedirse y a reclamar el memo que disponía su retiro de la escolta presidencial. Estos uniformados tenían la disposición de presentarse en sus respectivos cuarteles para ser enviados a otras unidades. Ahora el Palacio de Carondelet, el en centro de Quito, es resguardado únicamente por militares.

Se trata, si, de una abierta negación de los poderes civiles. La policía es una fuerza civil del Estado y es la llamada a vigilar y cuidar al presidente junto con los militares, pero cuando se quiere negar la fuerza civil, entonces solo de utilizan los militares y cuando son exclusivamente militares, recuerden ustedes que son ellos los que vigilan y cuidan a los dictadores.

Es preocupante la manera como se está llevando a cabo las decisiones políticas en Ecuador que están encaminadas más es a buscar el fortalecimiento del poder de una persona que a fortalecer la institucionalidad y la democracia. A cambio se están amenazando a las instituciones si no aprueba lo que el presidente quiere, como la amenaza de cerrar la Asamblea, la amenaza permanente de cerrar medios de comunicación, que no es nueva en Rafael Correa, recordemos el caso de Teleamazonas, y ahora quiere es deshacerse de la Policía.

Esto último es tan cierto, como que el Ecuador al día de hoy, está militarizado, los policías no están en las calles y son los militares los que ahora tienen las funciones de la policía en las calles.

Lo que es claro, es que la manera como Rafael Correa gestionó esta crisis no es la ideal para un país que ha sufrido tanto en tan poco tiempo teniendo una de las democracias más débiles de América Latina y el triste record de la mayor cantidad de golpes de estado en cortos periodos de tiempo.

Con esta gestión de la crisis, Rafael Correa ha dejado graves rencillas y radicalismos entre las dos principales fuerzas armadas de Ecuador, los militares y los policías, quienes ahora rivalizan no solo por los ataques que sufrieron unos contra otros en la revuelta, sino ahora cuando el ejercito asume labores que no le corresponde a ellos sino a la policía. Esto ha generado mayores descontentos.

Frente a este tema, los medios de comunicación ecuatorianos cuentan hoy esta situación de la siguente manera:

Mientras el Gobierno acrecienta el resguardo militar y disminuye la labor policial, quedan resentimientos entre policías y militares que serán difíciles de subsanar.

Esto lo aseguró el coronel Galo Monteverde, militar en servicio pasivo, quien considera que “el culpable de todo esto es Rafael Correa”. Monteverde argumentó que policías y militares “se enfrentaron no porque quisieron sino por una orden del Presidente”.

El militar en servicio pasivo considera que el llamado a reestablecer las relaciones entre las instituciones castrenses es el mismo Gobierno. “Así como el Gobierno provocó eso, que busque la manera de que se dé un acercamiento”, sostuvo.

Haciendo un análisis de la situación, este militar en servicio pasivo manifestó que el retiro de la seguridad policial tanto en la Asamblea Nacional como en la Presidencia será momentáneo hasta que se regularice la situación en el país. Pero para esto, Monteverde asegura que se tendrán que formalizar los cambios al interior de la Policía Nacional.

Lo que también es claro, es que al margen de la rivalidad poco sana generada por el presidente Correa, ahora la institucionalidad sigue amenazada con una nueva situación que muestra, una vez mas, que todo parece un guión para lograr el poder absoluto sea como sea, en un futuro no muy lejano, por parta de Rafael Correa y es que la propia institución de La Policía, comenzó a ser reformada a los intereses puntuales del presidente Rafael Correa y a escondidas de la población a quien desde el Gobierno, se le manipula la información.

Hoy pudimos enterarnos, que La Policía Nacional y el Ministerio del Interior ya dieron a conocer cuáles eran los cambios en la cúpula policial. Sin embargo, el fin de semana, la cúpula estuvo reunida para hacer una reestructuración integral de las dependencias de esta institución.

El nuevo comandante nacional, Patricio Franco, está liderando cada uno de los cambios. El ministro del Interior, Gustavo Jalkh informó que los policías del Grupo Operativo Motorizado (GOM) fueron desarmados, además se supo que en el Regimiento Quito se notificó a más de 70 policías su trasladado a otras dependencias, a muchos de ellos se les dio el pase a otras provincias.

Todos estos cambios comienzan a darse a puerta cerrada y se comunican como decisiones tomadas desde el Gobierno que ahora pareciera estar conformando una policía para el Presidente Correa y no para los ecuatorianos que sea, fiel guardián del Gobierno mas no así de la Institucionalidad y el Estado. Muchos de los analistas ecuatorianos hoy coinciden en creer que el Ejército ya está adoctrinado por Correa para protegerlo y que es Rafael Correa ahora quien quiere hacer creer a los ecuatorianos que la estabilidad democrática es que él sea el presidente y nadie mas. En estos términos, y en el contexto mundial, esto es el camino a la autocracia, no a la democracia que puede, ojala que no, en una dictadura.