FINAL DE AÑO DE ESCANDALO

Se termina el 2006 y sin duda, como la mayoría de los finales de año en Colombia, este pasará a la historia por no ser un año común. Suele decirse que cada día trae su afán, pero este año, todos los días se excedieron en los afanes generados por los escándalos nacidos desde los 3 poderes del poder público.

Y es que ninguno ha pasado desapercibido y sin mas ni mas, los colombianos tuvimos que soportar la verguenza de un país cada vez mas descompuesto. Ya no sólo basta con la fragilidad del tejido social. Una estructura basada en las grandes desigualdades e injustas relaciones sociales en donde existen ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría. Un colectivo contaminado por deficientes valores éticos, culturales, solidarios. Una sociedad minada por delincuentes y abusadores en donde la idea general es sacarle partido al otro.

Este año que finaliza, dice haber registrado el mayor crecimiento económico de todos los tiempos. Un crecimiento económico que solo se ve en las cifras de las grandes empresas, los bancos, los constructores y los pocos que apretan en sus manos el dinero, porque para mas del 60% de la población, ese crecimiento económico es inverso al punto que no tienen con que comer, ni donde vivir o si lo hacen, es en condiciones no dignas. Los colombianos de a pié seguimos por el camino de la desigualdad.

El Gobirno nacional da cuenta de su éxito por no moverse ni un punto en las encuestas de popularidad y el apoyo ciudadano pese a los escándalos de sus evidentes nexos con los paramilitares. Muestra por demás, su frialdad para tratar el tema del intercambio humanitario y ni se entera frente a la filtración del narcotráfico y la corrupción en todos los estamentos de la mafia narcoparamilitar que fue el campeón de los escándalos durante el 2006. En términos generales, el Ejetutivo se disculpa en la descentralización administrativa para no responder por la actuación de alcaldes y gobernadores corruptos, e incluso de sus propios funcionarios que continuaron la política de apoyo y ayuda a los paras, pero protegiendo al su santidad Uribe. El elefante nunca había sido mas grande y hoy es un Mamut.


Un Congreso que pasó a pupitraso limpio las mas importantes leyes y reformas al régimen normativo colombiano, ante la incapacidad de dar debates honestos por tener que defender su imagen y hacer el "me aculpa" por la cantidad de integrantes paramilitares y narcos dentro de sus filas. El legislativo no soportó la presión de la opinión pública y un computador travieso los dejó al descubierto. Si bien los paras ingresaron al poder público, lo lograron a través de los débiles y aún mas corruptos partidos políticos.

Es precisamente, esos partidos políticos los que tratan al país y a sus ciudadanos con las tácticas pueblerinas que utilizan al ciuadadano y lo ven como ignorante, afianzando a sus gamonales de pueblo y supuestos líderes a través de las prácticas mas corruptas. En ellos se mimetizaron los paramilitares y narcotraficantes. Lo triste es que su presencia está de alguna manera en todos los partidos aunque se acusen y disculpen mutuamente por acoger a estos bandidos. Los que dicen que son de izquierda, nunca han tenido reparos en recibir en sus filas a la otra peste y lacra social de nuestros tiempos como los son guerrilleros y exguerrilleros cuyos asesinatos no fueron mejores que los que los paramilitares han realiazado: Un colombiano asesinado es una vida humana aniquilada si importar las razones de izquierda o de derecha.

Que no venga Petro a decir que es mejor persona que Mancuso. Los dos son asesinos y responsables morales de los asesinatos cometidos por sus grupos. No es gratuito que el de ultraderecha llame al de ultraizquierta desde una cárcel para que lo defienda.

El poder judicial -cuya esperanza en su cegera y cojera nos alienta para pensar que existe un país ideal- también claudicó ante el avance de la mafia por las instituciones democraticas, al punto de ser bajo sus faldas, en donde se vió el nexo de la mafia italiana y la narcopramilitar de nuestro país.

El dolor de patria es cada vez mas fuerte. Se ensaña contra la integridad de quienes aun pensamos en que nuestro país tiene salvación y quienes estamos seguros que Colombia tiene los gobernantes que no se merece, porque es absolutamente mejor país que quienes ostentan el poder. Este dolor es comparable con el puñal a fondo enterrado por quienes manipulan la mente de este pueblo inocente e ingenuo.

Como si fuera poco, lo que quedaba en nuestro estado de derecho como una idea esperanzadora como el ministerio público, también encuetra que sus directivos tienen esos mismos vículos con los paras que tanto odiamos.

Pero no para ahí. La fuerza pública. La encargada de defender los vida, bienes y honra de los ciudadanos también está en la moda narcoparamilitar. Los escándalos de los falsos operativos tienen el propósito de mostrar una efectividad de un estado paraco que no la tiene. Militares asociados con el narcotráfico asesinan a Policías. Policías protegen a narcos y roban drogra para devolverla. Ex-policias y ex-militares se desmovilizan de los grupos paras que adistraban. Ni la fuerza pública se salvó del escándalo.

Repito, no es mejor un bando que otro. Ninguno de los de izquierda ni los de derecha pueden decir que son mejores. Ninguno puede lanzar la primera piedra. Están cortados con la misma tijera clientelista, amiguista y corrupta. Este año tiene un final de escándalo y lo triste es que muestra el camino que contunua en el siguiente.

El pecado está en que la población colombiana tiene un alto nivel de resistencia y tolerancia y no se manifiesta en su derecho de exigir que todo esto termine. Hago un no muy exigente análisis y recuerdo que esto se debe a que es parte de la naturaleza del ser colombiano y que la mayoría de las personas tienen dentro de su formación tradicional la corrupción y que por ello vemos elevado a la enécima potencia en nuestras instituciones este problema.

Recuerdo los tristes comportamientos generalizados y que es del común sacar ventaja en los negocios, pedir comisiones, meterse en las fila, sobornoar, evitar impuestos, hacer negocios por debajo, no pagar el bus, buscar favores, perir recomendaciones, utilizar palancas y roscas, no respetar las señales de tránsito, inventar disculpas. Leo los titulares de la prensa y todos los días encuentro las noticias sobre delincuencia, robos, asaltos, timadores, falsificadores, bandas y demás. Y los colombianos no decimos nada. La razón? No tenemos autoridad moral para juzgar y es entonces como alimentamos nuestra resistenica, nuestra tolerancia y hacemos gala de nuestra ingenuidad.

Pero todo nos deja una enseñanza al mejor estilo de Apolinar Salcedo, alcalde de Cali: Amanecerá y veremos y tal vez no se pueda ver.

LA NOCHE DEL TRANSPLANTE DE CORAZON

Tuve la oportunidad de ingresar a un quirófano. Se que no es algo extraño para muchos que alguna vez han estado allí como pacientes, pero considerando que soy una persona del común, tiene su encanto descubrir aquellas salas míticas que se han exaltando en las series de televisión. Pero estas series como Anatomía de Gray, Uregencias y Dr House, Hospital Central y todas aquellas que han tenido como base de sus historias los quirófanos y lo que en ellos ocurre, se quedan en poco con lo que la ralidad muestra de ellos.

El quirófano, ese santuario en donde hasta la muerte tiene que debatirse con la vida para ver quien gana la partida, tiene como protagonistas a aquellos cirujanos que hacen de dioses y la mayoría de las veces lo logran. En estos santuarios, hasta la muerte tiene solución en esta vida.

Pero pretendo centrarme en el episodio. Algunos podrán ir a los quirófanos de visita o a asearlos y tal vez como pacientes, pero casi nadie puede estar en ellos para presenciar un transplante de corazón, salvo los que hacen que esta magia sea posible. Como periodista inquieto que presumo ser, me atreví a decirle a un amigo español que es cirujano que de todas las imágenes grabadas en mis períplos de reportero, me hacía falta de de un quirófano y si fuera en un transplante sería mejor. Si bien uno cree que las madres tienen razón cuando dicen que las palabras necias se las lleva el viento, esta necedad tuvo eco.


El día que mis palabras se pronunciaron va a quedar en la memoria por siempre, porque sin terminar de reflexionar lo dicho, ya había encontrado respuesta afirmativa de mi interlocutor con una franca invitación. Cual fuera mi sorpresa cuando me expresa, con bastante interés, que sería una muy buena idea grabar una intervención y fue mas allá; pues de ser posible, podría acceder a grabar todo el proceso desde que se pone en marcha el código, el traslado en helicóptero hasta donde esté el doante y, por supuesto, la intervención del transplante.

Al comienzo la risa nerviosa se apoderó de mi como quien no cree la cosa, pero con una sutil mirada me di cuenta que hablaba en serio. Qué momento!!. Así fue. Unas semanas mas tarde, quedé simplemente en visitar el hospital y al jefe de mi amigo para ver si la posibilidad se podía dar de manera planeada; pero otra sorpresa fue, cuando en camino por la autovía desde Madrid hacia la ciudad española de Valencia, el teléfono móvil suena para advertirme que se había activado el código y que esa misma noche a mi llegada, me dirigiera directamente al Hospital La Fe, en donde se produciría el transplante.

Adiós a la formalidad y fuera quedaría el traje y la corbata que llevaba en el equipaje para entrevistarme con el Jefe. La seriedad de la invitación fue tal que como se dice en Medellín, todo se produjo "Diciendo y Haciendo y Listo". Nada de antesalas, la vida se tiene que abrir paso ante la muerte y no da espera para formalidades. Esa fue realmente una lección.

Esa noche llegué a Valencia con la cámara de video -que siempre la llevo a donde voy- pero como no se había planeado nada, tenía baterías y cintas limitadas. Otra de las lecciones: hay que estar como los boy scout, "siempre listos". Pero continuo. El Hospital General la FE es el mas grande de Valencia y es uno hasta donde recurren los españole para ralizarse transplantes de corazón. La noche anterior se había hecho uno doble de corazón y pulmón simultáneo en un mismo paciente que no es muy común.

El Hospital La Fe, realiza en promedio un transplante de corazón cada semana y en lo corrido del año 2006, son ya 40 los realizados igualando a los del total del año pasado. Es tal la audacia de los cirujanos, que con los limitados recursos que cuentan, logran sacarlos adelante con excelentes estadísiticas de éxito. Es literal. La vida se abre paso sobre la muerte y la muerte encuentra en las manos de estos cirujanos, una traba para su cometido. Con un transplante, un paciente puede prolongar la vida entre 7 y 25 años, según la edad y el estado del transplantado.

Esa noche era especial. No se trataba de una intervención normal. El paciente, un hombre de 64 años encabezaba la lista de quienes esperaban un corazón desde hace algunos meses luego de haber sido intervenido para adaptale en su corazón dos ByPases que por su condición, poco o nada estaban aportando en su calidad de vida. Así que esta intervención era especialmente difícil y con poca probabilidad de éxito por tratarse de una reintervención en una persona de edad avanzada. Lo increíble del caso, es que sería la segunda vez que le abrirían el pecho y en esta ocasión -de vivir- lo haría con un corazón nuevo.

En España por ley, toda persona es natrualmente "donante" de órganos. En esta caso la donante era una mujer de 43 años muerta cerebralmentte en Santander a 680 kilómetros de distancia. Allí, se encontraba su cuerpo en espera de quienes volaban para retiratle el corazón, guardarlo en hielo dentro de bolsas y soluciones que lo mantengan en buen estado, mientras el paciente en Valencia comenzaba a ser intervenido y preparado. Todo se mueve tan sincronizado que un reloj suizo no alcanza la precisión que tiene este equipo de la Unidad de Transplantes del Hospital La Fe y todo el dispositivo de la Generalitat Valenciana.

Desde que llego al hospital sin aun hacerme a la idea, me desprendo de la ropa casual de reportero y visto aquellos trajes que suelen usar los cirujanos y que en televsión casi siempre son azules, pero aquí son verdes. Todo el ritual, gorro, cubrezapatos, tapabocas y un reconocimiento del lugar para saber por donde moverme con libertad sin hacer estragos. Cada uno sabe que hacer y no podía interferir.

El nombre de aquel paciente apenas lo leí en alguna unidad de sangre una vez. No lo conocía y él tampoco a mi. Lo único que se es que le conocí tan íntimamente y tan profundamente, que supe como era su antiguo corazón y como se ve su pecho partido en dos y su cavidad toráxica totalmente vacía. Algo que ni él podrá verse. Este nivel de intimidad, traza un nexo inolvidable entre aquel señor anónimo y yo.

Si bien la experiencia de reporterio arroja ideas de como enfrentar las situaciones complejas, esta no estaba en los libros de periodismo ni en la resistencia que se puede alcanzar a desarrollar en momentos críticos. Luego me enteraría que entre el personal habían apuestas de si alcanzaría a resistir toda la operación o me desmayaría en algún momento. Me cuentan que suele pasarle a muchos inclusive a enfermeros, auxliares, médios y residentes. Para tristeza de quienes apostaron en mi contra, lo resistí, pero no puedo negar que la impresión es tal que la adrenalina me mantuvo de pié mientras veía el bisturí eléctico hacer los finos cortes a lo largo del pecho y la sierra romper las costillas para abrir la cavidad.

La intervención debería tardar solo 3 horas, pero esta se prolongó por 7 horas. Como dicen los cirujanos, estuvo especialmente movida. Comenzó a las 11 de la noche. Horas antes, las 9 salió un equipo por el corazón en un vuelo charter. Desde ese mismo monento los cirujanos comenzaron a trabajar en el paciente, para que cuando llegara el corazón no fuera sino ponerlo. Pero las cosas no pintaban bien.

La cámara comenzó a grabar a un paciente que parecía no resistir siquiera los primeros cortes. Amenazó con irse de manos de la muerte con un paro cardiaco a solo minutos de comenzar y sin siquiera abrirle el pecho. Los galenos entraron en acción. No crean que es una acción de aquellas que se ve en televisión de desespero, gritos y movimiento. Es una acción concentrada, calmada y precisa. Ellos dicen que esa calma es la muestra del mayor desespero, pero las cosas se hacen despacio y bien. Esa noche pensé que vería ante mis ojos a una persona morir sin poder defenderse, pero esos milagros lo hacen estos valientes. El paro se convirtió en reanimación y la muerte debió irse sola, pero seguiría acechando en la madrugada.

En el quirófano presencié tres corazones: 1 el que retiraron, 2 el que le pusieron y 3 el que reemplaza al corazón mientras el paciente no tiene ninguno. Es sin duda un milagro compartido entre lo que hacen quienes realizan la intervención y la tecnología que permite que una gran bomba reemplace transitoriamente la función cardiaca y que es operada por una, tambien valente, mujer.

El procedimiento tiene un olor característico a carne quemada a causa del bistrí eléctrico que al cortar quema y coagula impidiendo que los músculos expulsen mucha sangre. El trabajo en equipo es la garantía, pero tienen una resitencia de deportistas para mantener la concentración durante todo el tiempo.

Luego de avanzadas las horas y de la primera estabilización del paciente, llega el corazón en una nevera azul de plástico inundada de hielo. Dentro de la nevera, un contenedor gris de un metal especial con orificios verticales en los laterales y también llena de hielo. Dentro una bolsa llena de una solución y dentro de esta otra con mas solución donde está el corazón.

Para ese momento el trabajo coordinado hace que se esté en el momento en el que se extrae el corazón que no sirve, el mismo que tiene los ByPases y que no bombeaba la sangre con suficiente fuerza para mantener con vida al paciente. Y es cuando se produce el milagro. El corazón nuevo sale de las bolsas, queda nadando en un platon especial lleno de otra solución y de allí a las manos del cirujano que lo introduce en la caja toráxica en este momento vacía.

El trabajo de los cirujanos y de todo el equipo es alucinante y pulcro. Se inica una larga sesión de cortes minuciosos y de finas sutras de cada parte del corazón que lo requiere. Son tan finas y delicadas que no se ven bien a simple vista, solo es posible a través de las lentes que tienen los cirujanos en sus ojos y en mi caso por la lente de la cámara.

Poco a poco se incorpora el nuevo corazón y se le comienza a probar que no queden puntos que permitan que la sangre salga en medio de los puntos de sutura. Por naturaleza, el corazón bombea de manera débil mientras le son acondcionados los cables del marcapasos que lo acompañará por un tiempo. Es el momento que marcaría el comienzo del final de la intervención, pero esta vez no sería así. El proceso de un paciente reintervenido sale a relucir y este no pone a funcionar su nuevo corazón como debe ser. Pasarían 3 horas de larga espera mientras se estabilizan sus condiciones tras los rostros de desesperanza e incertidumbre del equipo médico. Siempre optimistas, pero con muestras de pensar que esta vez la muerte les ganría la partida. Pero su paciencia infinita, no les permite dejarse y esperan mas del tiempo normal. Es una situación inusual. En otros casos habrian salido a hablar con los familiares y decretarían su muerte. Pero no. Ellos estaban a la espera y ésta tuvo sus frutos.

A las 5 de la mañana el corazón reaccionó con potencia y se estabilizó. El paso final es impactante luego de ver la magia y el milagro de un corazón funcionando con el pecho abierto viene lo difícil que es para los ojos asumir que con alambre se cierra el torax. De allí en adelante el cuerpo del paciente vuelve a pertenecerle y su sangre está en su cuerpo y no en el tercer corazón. La vida se abrió paso y a las 7 de la mañana el transplante culmina con éxito.

El cansancio y el asombro no desaparecen. Se incrementan en las miles de reflexiones que sobre la vida, la muerte, los milagros, la ciencia, la tecnología y hasta de Dios, pasan por la cabeza de este reportero. Las palabras necias se habían cumplido. El archivo de imágenes estaba completo.

No puedo mas que reconocer la valentía, la persistencia de quienes realizan este milagro. Al salir del hospital y mientras conducía hacia el lugar donde me quedaba para descanzar, venían a mi mente las miles de frases, canciones, expresiones y poemas que se hacen con el Corazón, con la palabra corazón. El la forma representativa del símbolísmo y la forma que realmente el corazón tiene. Los atributos que le damos con respecto al amor y los sentimientos, el carácter de profundo que tiene en expresión y significado y yo tuve el corazón o los corazones de un hombre casi que en mis manos... en mis ojos.

Ví como latía el que mal estba y como dejó de palpitar. Ví como es el espacio profundo de un hombre sin corazón. Ví como un nuevo corazón llena el vacío que pretende dejar la muerte y como vuelve a palpitar para hacer feliz a toda una familia cuyo padre estaba en un quirófano siendo el protagonista de esta historia.

Al final la oportunidad de visitar el quirófano se repetiría dos veces mas para cirijías de corazón abierto y cada vez encontraría mas maravillas en los detalles de lo que hacen cada uno de los miembros del equipo de transplantes. Esta vez tengo que darle valor a las palabras necias que me brindaron la experiencia mas increíble aquella noche del transplante de corazón.

AGRADECIMIENTO
Agradecimiento muy pero muy especial al valiente que me mostró como la muerte tiene solución y porque hay que respetar la vida. Al gran valiente cirujano y amigo. Dr. Juan Antonio Margarit.

El caso del mentalista Armando Martí como asesor directo del Fiscal General de la Nación, Mario Iguarán, está insipirado en Hollywood y es uno de los programas de televisión de la NBC con mayor éxito en la televisión norteamericana. Es mas, esta serie de televisión ha sido nominada a Emmy y ha ganado en alguna de sus temporadas y se mantiene su difusión para el mundo a través de los canales de Sony y el canal AXN.

La serie es una premonición, tal vez, de lo que iba a ocurrir o estaba ocurriendo en Colombia. La serie se llama MEDIUM. Así define la trama el canal AXN: "Allison Dubois (Patricia Arquette) no es la típica mujer treintañera, ama de casa y madre de tres niños. Tiene el don de comunicarse con los muertos. También posee una especial intuición sobre las personas, una especie de conexión espiritual, que le ayuda a tratar con gente relacionada con crímenes violentos. De forma secreta prestará sus servicios a la Oficina del Fiscal del Distrito, demostrando que sus intuiciones y sueños no estaban equivocados."

Pues si la fantasía se ha convertido en ralidad, quedan las frases al final de todos los programas americanos sobre la "mera coincidencia" en una premonición digna de mentalistas. Un fiscal y un mentalista. Colombia da hasta para eso, para "mentalizar" la justicia. Y es que son tan complicados los casos que le toca afrontar a nuestra Fiscalía General de la Nación que ni un brujo es capaz de sacarlos adelante. No es raro pues, que mañana se haga uso de otros artificios como la lectura de cartas, las astrales, el cigarrillo, el chocolate y hasta la lectura de la mano.

Si bien la grafología ya existe como parte del trabajo investigativo y que permite delinear la personalidad del delincuente y cada vez se especializan en ser los CSI colombianos, pues nada falta para que el paso se de a la lectura de otros "indicios" no tan científicos pero a lo mejor mas eficaces.

Hechos como los del Palacio de Justicia, merecen no solo a Martí, sino a un "aquelarre" de brujos y espiritistas que tal vez entren en contacto con los espíritus de las víctimas para esclarecer los hechos. No sería nada raro. O incrementar los indicios de VuDú, para hacer que le incomode la selva al Mono Jojoy y la tan buscada cúpula de las FARC.

Tal vez, con esto, pueda la Fiscalía llevar a prisión al fantasma del Ministerio del Interior o quizá contratar dentro del grupo de mentalistas, a unos cuantos exorcistas para sacar el demonio que ronda por sus pasillos y en el corazón de tanto fucnionario corrupto y mal intencionado.

La verdad es que el doctor Mario Iguarán, debería pensar también en hacerle el juego al desespero de los canales Caracol y RCN en su necesidad de Raiting, y venderles los derechos cinematrográficos de esta y otras historias que tiene la Fiscalía, como el de la lucha por encabezar la investigación de la masacre de los miembros de la Sijín en el Valle a manos de soldados. Todo esto puede generar un elevado índice de sintonía si se realizara una producción como Medium.

Todo esto es tan risible que no queda mas que remitirse a decir que "eso es Colombia" y en el país del Sagrado Corazón, cuaquier cosa puede pasar. De todos modos, el caso Martí y el de la Fiscalía, son parte de lo mejor dentro de la Televisión Mundial.

Memorias Debate Prensa y Gobierno

Hoy reproduzco las memorias del debate sobre Prensa y Gobierno al rededor del caso del DAS, realizado por Medios para la Paz y la Universidad Javeriana el día de la libertad de prensa. En su boletín, Medios para la Paz dice lo siguiente:

PARA LOS COLOMBIANOS SERÍA UN GRAVE MAL DEJAR DE CREER EN LA PRENSA Y EN SUS PERIODISTAS
 

Interesantes puntos de vista disímiles entre si mostraron en el foro “El caso del DAS: el gobierno, la prensa y el derecho a la información” los periodistas: María Jimena Duzán, Columnista de El Tiempo, Rodrigo Pardo director editorial de la Revista Semana, María Elvira Samper, editora general de la Revista Cambio, Javier Darío Restrepo, Consultor internacional en asuntos de ética y periodismo frente a las críticas, Jaime Bermúdez, Asesor de Comunicaciones de Presidencia de la República, en torno a las reflexiones en el foro El caso del DAS: el gobierno, la prensa y el derecho a la información”, realizado por la Corporación Medios Para La Paz y la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Pontificia Universidad Javeriana. 
 
Este  foro dejó al descubierto la posición de los periodistas, profesores y estudiantes de comunicación quienes consideran desde lejos que el Presidente de la República cometió un grave error al descalificar a la prensa, centrándose mucho más en quienes llevan el mensaje y no el mensaje. Por su parte y mostrando una posición de defensa del tono, carácter y posición que siempre adopta el presidente, el asesor de comunicaciones rebatió las reflexiones que los periodistas hicieron.
 
En términos generales fue un foro calmado de interlocutores que con el paso de los años y la experiencia del ejercicio periodístico, son autoridades para discutir qué pasa con la prensa en un hecho coyuntural del país que causa revuelo y la pone a reflexionar respecto de ideas múltiples argumentadas.   
 

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María Jimena Duzán
Columnista de El Tiempo
 
Inició la periodista María Jimena Duzán, Columnista de El Tiempo, reflexionando acerca de la forma como el gobierno del Presidente Álvaro Uribe, maneja algunos temas de gobierno y las entidades del Estado para con los medios que no son afines a su mandato, como por ejemplo que el presidente mantiene una buena relación con los medios de comunicación que son afines a el.
 
También indicó que todo acto de gobierno pasa por su tamiz y que sin lugar a dudas es el gobierno que mejor prensa ha tenido, sobretodo de las dos grandes cadenas  privadas, y que existe una luna de miel entre ellas y el Presidente de la República.
 
Dijo que el presidente maneja un talante amedrentador con la prensa y que un ejemplo de ello ha sido el caso de los periodistas Hollman Morris y Daniel Coronel. El primero de ellos quien el 27 de junio de 2005, cuando hacía un reportaje en el sur del país, escenario en el que se presentara una masacre de militares por parte de las FARC, el Presidente Álvaro Uribe, en declaraciones ante los medios dio a entender que había una complicidad entre el periodista y la agrupación guerrillera. Esta declaración esta que luego fue desvirtuada en un comunicado de Presidencia de la República,  puesto que el Presidente había recibido una información errónea por parte de un miembro de la alta cúpula militar. El segundo caso, el de Daniel Coronell, quien debió abandonar el país debido a la amenaza de Carlos Nader Simmonds, amigo del presidente de quien este dijese en una entrevista que era “buena gente”.
 
Finalizó María Jimena su intervención manifestando que lo mejor que le puede pasar al presidente y a la democracia colombiana es que haya una prensa crítica.
 
 

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Rodrigo Pardo
Director Editorial de la Revista Semana
 
Por su parte Rodrigo Pardo, Director Editorial de la Revista Semana manifestó que en Colombia hay problemas más graves para la libertad de prensa, que los regímenes jurídicos y las  acciones del gobierno. El atropello contra los medios proviene a menudo de los grupos armados y del impacto de estos, siendo los de provincias los mas vulnerables en el conflicto.
 
Entorno a ello el periodista se planteo el siguiente interrogante: ¿El episodio del DAS nos cambia ese diagnóstico, hacia una amenaza adicional introducida por un gobierno intolerante que amenaza a los medios? Al cual el mismos respondió que no lo creía, que es un episodio muy desafortunado por parte del Presidente Uribe, que es un hecho coyuntural y que más bien reflejaba la situación del conflicto.
 
Al igual que los demás periodistas, manifestó que hubo graves errores cometidos por el Presidente Álvaro Uribe pero que éste es un defensor de la libertad de prensa. Que “lo sucedido entorno al tema del DAS ha sido una grave salida de casillas” porque no es cierto que la revista Semana tenga interese electorales y que la información que se publicó estaba debidamente confirmada y sustentada.
 
Sin lugar a  dudas la salida del presidente dejó de manifiesto una actitud intolerante ante hechos que no son afines al gobierno, mostrando además una falta de criterio con respecto a lo que la revista publicó, sobre todo si se tiene en cuenta que en Colombia no existe un medio de oposición al gobierno.
 
Pardo manifestó que “Al presidente le molestan los controles y las críticas de los medios razón por la cual los copota y deslegitima.   Con la salida en el caso del DAS el Presidente quiso levantar una cortina de humo para que la discusión del tema se centraran en los medios y no en lo ocurrido en esta agencia”.
 

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Jaime Bermúdez
Asesor de Comunicaciones de Presidencia de la República
 
Pidiendo un cambio en el orden de intervención para responder a las reflexiones de María Jimena y Rodrigo Pardo, Jaime Bermúdez, Asesor de Comunicaciones de Presidencia, contradijo los puntos de vista que los periodistas plantearon. Rebatió con el relato de una serie de situaciones anecdóticas: declaraciones públicas, exposición ante los medios y justificaciones entorno a lo sucedido con el DAS, por parte del Presidente Uribe. Indicó que es más sano y más importante para la democracia, que un presidente de un debate ante los medios, culpando directamente, a que no lo haga.
 
Que el manejo de los medios de comunicación en Colombia y la pauta oficial es diferente a como se manejaba en otros gobiernos, que es importante revisar algunos casos que han sucedido en Colombia para ver y comprobar como ha avanzado la libertad de prensa y que el presidente no tiene directores de medios a quienes llama para que le hagan buena prensa.
 
Sobre el caso de Hollman Morris, manifestó que el presidente había dado las declaraciones a los medios basado en una declaración falsa que le suministraron fuentes militares, pero que una vez fue enterado de error rectificó la información a través de un comunicado.
 
Sobre el caso de Daniel Coronell, el asesor indicó que el personalmente, el vicepresidente, José Obdulio Gaviria y más personas, del ministerio del interior, llamaron personalmente al periodista para brindarle protección, pero que este ya la tenía, y que en ese momento el origen de la amenaza se desconocía y decidió retirarse del país.
 
Dijo también que el presidente si da la cara y no ha habido personaje más expuesto ante los medios de comunicación que él. Citó por ejemplo, que en provincias semana tras semana está hablando con ellos, y que había llamadas de los oyentes que lo cuestionaban, que en los consejos comunales preguntan todas las personas y esa es una manera de darle la cara al país y responder.
 
En el caso del DAS la decisión del gobierno de aceptar la renuncia del director, desvincular al subdirector, proponer la creación de una comisión de personal de altas calidades, deja en evidencia la intención del presidente. “No se puede jurídicamente despedir a esas personas, porque la demanda contra el Estado se hace evidente”.
 
Así mismo ratificó lo que ya en diversas ocasiones ha manifestado el Presidente, que Jorge Noguera, se nombra en Milán por una cuestión de seguridad. Que esa decisión tiene un costo, que “hubiera sido más fácil  descabezarlo de una, entregarlo y salir del problema,  pero ese no es el talante del mandatario” indicó.
 

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María Elvira Samper
Editora general de la Revista Cambio
  
A través de seis puntos mostró cómo el Presidente Álvaro Uribe descalifica y siente desprecio ante los medios de comunicación, que entablan peleas con ellos y que pierden los medios y periodistas que se quedan en envueltos en ellas.  
 
Para empezar quiero decir que NUNCA, con mayúscula, la revista CAMBIO ha recibido presiones, ni siquiera sugerencias, del gobierno del presidente Uribe para publicar o no publicar información que le concierne, como si ha ocurrido en otros gobiernos. Para decirlo Gráficamente el Gobierno no manda gente a los cierres ni está pendiente de ellos.
 
Segundo: El presidente Uribe piensa que no necesita a los medios escritos y siente un cierto desprecio por ellos, pues ha establecido por medio de los consejos comunales una comunicación directa con la gente con lo que eso tiene de bueno y de malo. Pero si privilegia a los medios electrónicos, sobretodo a la radio porque no lo editan. No experimenta pudor alguno para llamar a  las estaciones de radio y salir al aire a dar o defender sus puntos de vista. Y en cuanto a la televisión tiene a su disposición el canal institucional y uno de los canales privados. 
 
Tercero: El Presidente se equivocó en materia grave en el caso del DAS y cometió un doble error: defender a capa y espada y nombrar cónsul en Milán  Jorge Noguera que salió de la entidad en medio de un escándalo sin antecedentes y sobre cuya administración pesan denuncias muy serias, y atacar en forma airada a los medios bogotanos, concretamente  a Semana y a su director Alejandro Santos, por haber entrevistado al ex jefe de informática del DAS con el argumento de que era un testimonio poco creíble y de que, como no había sentencia condenatoria, comprometía la honra de servidores públicos y afectaba la legitimidad de las instituciones.
 
Se equivocó no sólo al intentar montar una especie de lucha de clases entre los medios periodísticos de Bogotá  y la gente originaria de la provincia, sino porque ignoró de plano la función fiscalizadora de la prensa: cuando se trata de asuntos que comprometen a funcionarios públicos, el derecho de los ciudadanos a ser informados prima sobre la intimidad del funcionario.
 
 Se le olvidó al Presidente que son los malos los que saben en que andan los malos y que todos los gobiernos y sobre todo sus organismos de inteligencia los usan para atrapar a otros delincuentes. ¿Entonces porqué no podíamos acudir a las declaraciones que el ex funcionario del DAS le dio a la Fiscalía, que coincidían con la información que veníamos recibiendo de tiempo atrás y no habíamos logrado que alguien la reconociera como cierta?.
 
La prensa no está obligada a probar como si se tratara de un juez, y tampoco se la puede acusar de vulnerar las instituciones cuando publica información que las afecta seriamente, como ha sido el caso del DAS.
 
Cuarto: Grave, muy grave la intolerancia del presidente a la crítica  y el hecho de que lo sacara de casillas no el contenido de las denuncias, sino el origen bogotano de los denunciantes. Grave calificar frivolidades como denuncias sobre funcionarios del DAS que advertían a los capos de operaciones en su contra, sobre alteración de las bases  de datos para favorecer narcotraficantes, sobre las listas de sindicalistas y académicos entregadas a paramilitares para que fueran asesinados, sobre un supuesto complot contra Venezuela, sobre alteración de registros electorales sobre comisiones de contratos que habrían ido a parara las arcas de Jorge 40.
 
Quinto: Resulta sospechoso que el presidente a quien no le tiembla la mano para destituir militares se haya mostrado tan complaciente con Noguera.
 
Sextos: Se equivocan el gobierno y los políticos cuando tratan de usar o juzgar a los medios en función de sus intereses, y se equivocan los medios que casan peleas y quedan en ellos dando vueltas como corcho en un remolino.
 

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Javier Darío Restrepo
Consultor internacional en asuntos de ética y periodismo
 
Javier Darío Restrepo, haciendo una crítica de los medios, la prepotencia de los periodistas y la del presidente indica lo siguiente.  El asunto no es tan simple como decir que lo democrático es que los medios sean libres para preguntar, investigar y publicar y que los gobiernos deben responder, aportar información y someterse al juicio de la opinión pública. Cuando se mira la práctica las cosas se complican como me lo demostró este ejercicio.
 
Me pregunté primero: ¿Tenemos razón para reclamar?
Y las tenemos: 
 
Los electores necesitan respuestas y nosotros se las buscamos. Es nuestro oficio. Actuamos para ellos, preguntamos por ellos. Aún más, potenciamos la voz de los ciudadanos y al hacerlo establecemos el equilibrio entre el poder gubernamental y la voz ciudadana. Las instituciones, el presidente mismo están subordinados a esa ciudadanía; por eso no aceptamos que nos exijan servir al interés del presidente o de las instituciones como si en eso consistiera el deber patriótico de la prensa. Estamos al servicio de la ciudadanía, actuamos como ciudadanos al fiscalizar las instituciones y los gobernantes. Señalar sus fallas, exigir respuestas es un deber ciudadano en una democracia activa.
 
Pero el presidente también tiene sus razones para no aceptar lo que él siente como prepotencia de los medios. Exploro esas razones y encuentro:
 
Ni ciudadanos ni gobernantes tienen obligación de responderles a los medios. Los reporteros lo sabemos y por eso es parte de la técnica de una entrevista crear un clima de confianza para obtener respuestas. Recuerdo que Antanas Mockus se negó en una anterior campaña para la alcaldía a participar en un debate. Y ganó la alcaldía, no por su ausencia, pero sí a pesar de esa ausencia, según los medios. Virgilio Barco estuvo ausente en un debate con los otros candidatos, se  lo reprochamos desde los medios, y ganó la presidencia. No sería correcto  concluir que esas ausencias no les importaron a los electores.
 
 Es más aproximado a la realidad decir que  esa presencia en los debates no era tan importante como se la imaginaban los medios. Es más diciente concluir que la representatividad de los medios lució debilitada en esas ocasiones. Algo parecido a lo que puede pensarse del episodio en que los medios, empeñados en la renuncia de Samper, tuvieron que registrar que allí estuvo y allí se quedó.
 
Otra razón del presidente podría ser – como ven me he metido en camisa de once varas- que el juicio político que los medios hacemos con nombre de entrevista o debate, no le corresponde a la prensa. Es el congreso, son los organismos de control quienes están llamados a hacerlo. En rigor constitucional no hay lugar a reclamo de los medios cuando no obtienen respuesta de los funcionarios.
 
Sin embargo existen los recursos del derecho de petición, está consagrado como fundamental el derecho a la información y existen mecanismos legales para garantizar el acceso a la información; pero en todos esos casos el presupuesto sobre el que opera la ley es la condición del medio de comunicación como vocero o representante del ciudadano. Cuando los periodistas nos acogemos por ejemplo, al derecho de petición, lo hacemos como ciudadanos, nada más y nada menos. Somos ciudadanos y participamos en la vida de la sociedad con el instrumento técnico de lo medios, sí. Pero con una representatividad informal que no ha sido refrendada por ningún mecanismo democrático. Nadie nos ha nombrado; esa representatividad se la tienen que ganar el periodista y el medio a golpes de credibilidad. Un político en aprietos, un funcionario cuestionado por un medio tienen ese recurso y lo utilizan al preguntar expresa o tácitamente: ¿usted quién es para que yo deba responderle?
 
Continúo en mi ejercicio y me pregunto: ¿cuáles han sido los errores del presidente y de los periodistas?
 
El presidente se equivocó al no responder. La democracia no le impone una obediencia legal de responder a la prensa, pero sí le crea el deber de dar cuenta como presidente; sus electores, por su parte esperan un candidato abierto a todas las preguntas; por eso es un error abstenerse de responder y, en cambio, descalificar a quien pregunta, en vez de explicar el hecho.
 
Sin proponérselo el propio presidente le da argumentos a la oposición cuando ante las investigaciones publicadas por la prensa, elude la respuesta. El público que no es del partido del presidente, ni es de la oposición, que es el que puede tener unos votos decisivos, tiene motivos para dudar ante la reacción agresiva del candidato.
 
Nuestro error como periodistas y como medios consistió, a mi juicio, en un sobredimensionamiento de un hecho que debió ser mirado y tratado como rutina del oficio. Se nos olvidó que nunca los poderosos  han aceptado los cuestionamientos de la prensa, ni de la oposición. Ver el capítulo 9 de A plomo Herido, de Maryluz, donde se hace un revelador recuento histórico de la historia de la libertad de prensa en Colombia.
 
El poder, antes de afectar el ego, altera la capacidad de conocer de los poderosos. ¿Por qué asombrarse por la reacción temperamental de un mandatario cuestionado? También olvidamos que una campaña electoral con un presidente candidato no es una batalla de flores. Si las investigaciones de los medios son sólidas, hechas con rigor científico, y sin concesiones al afecto o al desafecto y en cumplimiento del deber para con los lectores y por medio de ellos para con el electorado, se generará un conocimiento necesario para la libertad, no importa la reacción del candidato, que está en lo suyo cando se pone a la defensiva. Es ingenuo pensar que  ante la denuncia de unos hechos graves la reacción del candidato vaya a ser la del asentimiento. Resulta tan engañoso el que dice que hará investigaciones exhaustivas como el que se indigna y posa como víctima. Sabiamente aconsejan los periodistas expertos en investigación que se mantengan en reserva argumentos y pruebas contundentes para responder a las previsibles reacciones del acusado.
 
Concluyo. Déjenme ser crudamente sincero. De todo este episodio concluyo que sigue siendo fácil eludir responsabilidades con el simple recurso de acusar a la prensa de superficial, irresponsable, desinformada o maliciosa. Pero este recurso de está debilitando.
 
La prensa está aprendiendo de la experiencia que en vez de hacer retórica sobre libertad de prensa, es más eficaz afinar sus técnicas y su sentido ético para investigar y ofrecer elementos de conocimiento a la ciudadanía. Existe la tentación de ocultar tras el burladero de la libertad de prensa errores y malas intenciones. También existe el talón de Aquiles de los periodistas y de la prensa: la arrogancia que nos malaconseja para hacernos sentir intocables y casta privilegiada.
 
Es decir que como a los poderosos nuestra condición nos puede afectar primero el ego y después la capacidad de conocer. Esto sería trivial e irrelevante si no minara la credibilidad de la prensa; y estoy convencido de que para los colombianos este sí seria un grave mal: dejar de creer en la prensa y en sus periodistas. Lo demás es lo de menos.

El presidente colombiano Alvaro Uribe Vélez, es ahora presidente y candidato a la presidencia para el próximo periódo presidencial, luego de que fuera adoptada una reforma a la constitución que le permite presentarse en la próxima contienda.
Es así como el burgomaestre, goza de su doble condición bajo la primerisa nación en este tema y en medio de las controversias que esto genera, cuando las acciones de gobierno no se distinguen facilmente de las acciones de campaña.
Una de estas controversias nace en un enfrentamiento del presidente-candidato, con los medios de comunicación, en donde los censura y mal califica, por su cubrimiento a las sospechosas acciones de su ex director de la agencia de inteligencia (Departamento Administrativo de Seguridad DAS), en las que se cuestiona la infiltración de grupos paramilitares en el organismo y de corrupción.
El enfrentamiento, inicia cuando en el cubrimiento cotidiano de los medios a la noticia, que obliga a que el ex director del DAS regresara de una misión diplomática para responder ante la Fiscalía General de la Nación, el presidente Uribe lanza dardos envenenados cuestionando y satanizándo su trabajo como si los medios no tuvieran la libertad y el derecho a ser vigilantes de los actos públicos de los miembros del Estado y del Gobierno.
En este ataque, el presidente candidato, insinua que los medios deben informar solo la visión oficial del gobierno en una tendencia que ha sido constante y en la que ya se han presentado ataques verbales contra comunicadores y algunas acciones de retenciones indebidas a periodistas en zonas donde se ejecuta la acción de seguridad ordenada por el presidente.
Esta tendencia es de ir contra la prensa y solo aceptar a aquella que le sea útil. Un uso de los medios a quienes busca, de alguna manera, tener a sus pies y quienes se salgan de esa línea, son atacados y censurados.
Ir en contra de la prensa, es el principio de las dictaduras. Todo lo que cierre la libertad de expresión y de información es censura. Toda censura es antidemocrática. El peligro que se advierte es que ante un segundo mandato, esta línea de censura, sea creciente demostrando un paso gradual a una posible dictadura de derechas llamada Uribe.
Es preocupante, mas cuando el país entero le apoya sin medir consecuencias y el Congreso ha quedado en manos de mayorías uribistas en un uninimismo alarmante.
Si bien no estoy en contra de los logros de Uribe, hay que ser mesurados y generar la alertas ante lo que parece una desenfrenada campaña para obtener el poder absoluto en una carrera hacia la dictadura, por lo que los medios son un problema para ese logro. El presidente-candidato, ha demostrado con su desprecio por los medios y la prensa y con su constante actitud, la orientación dictatorial de su campaña.
No es una señal. Estos ataques a la prensa y a otros sectores, pronostican un gobierno dictatorial que no ofrece garantías a la democracia y que enfrascaría al país en una prolongación de la guerra, pues es la lucha contra la guerrilla lo que sustenta su gobierno y sus planes, y lograr que el conflicto obtenga trascendencia en el tiempo, garantiza su presencia y su autoridad y para ello, la veeduría de los medios, se convierte en una piedra en el zapato para el candidato que busca continuar con su presidencia.

Elecciones de Congreso, advierten Peligro: El Unanimismo

No es mentira. El peligro es latente. Si bien el presidente Álvaro Uribe Vélez está en las preferencias de la mayoría de los colombianos y con justa razón, esto no significa que el resultado de las elecciones de congreso, sea beneficioso para el país.
El presidente colombiano ha hecho bien las cosas a la luz de los resultados que las mayorías que lo eligieron esperaban. Uribe ha cumplido con sus propósitos y, si aun falta, tendrá el tiempo suficiente para lograrlo.
El fenómeno se veía venir, cuando en un congreso equilibrado en fuerzas de gobierno y oposición, logró que se le aprobara el proyecto de reelección inmediata y es este fenómeno el que se vió en estas elecciones que arrojan el control en mas de un 70% al las fuerzas uribistas. Desde ya, este resultado asegura el triunfo de Uribe en las presidenciales.
Si bien, Uribe se había salido con la suya en materia política hasta el 2005 cuando aun quedaba oposición en el congreso, es inobjetable que se saldrá con la suya en los años venideros con un control pleno y cuando por la misma reforma política, los partidos van a trabajar por bancadas. Todo esto nos lleva a pensar que lo que se viene es el absolutismo, el unanimismo y la poca refelxión al interior del congreso frente a las propuestas de gobierno.
Así, se ven venir algunas tendencias dentro de las relaciones entre congreso y gobierno y dentro del congreso mismo.
En primer lugar, se perderá el interés de los debates al interior del congreso, pues cuando se actúa por bancadas, se expresan los acuerdos y puntos de vista de cada uno de los partidos representados. Si bien cada uno de los senadores y representantes son individuales y libres en su pensamiento, estos deben suscribir a la tendencia de pensamiento o posición que tenga el partido al que pertenecen y que en un congreso de mayorías gobiernistas casi absolutas, no habrá que discutir y sí todo por aprobar.
Esto es peligroso en cuanto no habrá reflexión, ni crítica, ni control, ni nada parecido a las iniciativas del Gobierno y las pocas que pueda haber por parte de la oposición o de los críticos contrarios a los uribistas, serán acallados por las mayorías.
Pero el peligro se crece ante la posible rivalidad de los partidos que apoyan al presidente cuando éstos reclamarán su participación al interior del Gobierno mediante nombramientos, acompañamientos y reconocimientos por parte el presidente Uribe, ante lo que ya es un hecho: el actual presidente, será el futuro presidente hasta el 2010.
Esta situación pone en peligro la moralidad del mismo gobierno, pues para mantener contento a todos los sectores y partidos de su corriente, el presidente podría incurrir en prácticas no adecuadas que rayan con la corrupción frente a nombramientos y manejo de intereses y favores para mantener las relaciones cordiales y favorables. El unanimismo es este sentido, significa gobernar en lo llano, sin contratiempos y logrando plenos poderes que pueden salirse de la verdadera democracia porque no hay participación de todos los diferentes sectores del pensamiento y sólo pensarán los mismos para los mismos acallando a los que piensan diferente.
Si algo falla dentro de estas relaciones entre partidos uribistas y el presidente Uribe, seguramente una bacada torcerá en su contra y esto no convendrá al gobierno, que entregará todo para que esto no pase.
El peligro mas grave se da cuando pueden darse proyectos controversiales que no podrán ser objetados ante el unanimismo como pueden ser una posible prolongación al ejercicio del poder del presidente hasta el 2014, o los famosos proyectos que de alguna manera no han pasado o se habían visto truncados como aquellos sobre Seguridad Nacional que vulneran los derechos ciudadanos y convierten a todos los ciudadanos en sospechosos, o aquellos que pretenden controlar los medios de comunicación entre otros. En estos casos, queda pensar en una coherente, objetiva, no política y moral función de la Corte Constitucional.
El presidente Álvaro Uribe Vélez, tiene para sí: El poder que le otorga el Gobierno que preside, el poder unánime del Senado y la Cámara de Representantes, el poder que lo respalda de las Fuerzas Militares y de Policía.
Con este panorama, una prologación en el poder y la toma de medidas en leyes extremas gracias al unanimismo en el congreso, llevarían al presidente Álvaro Uribe, a tocar las puertas de una dictadura, pues tiene las armas puestas en la mesa para hacerlo como en su caso -y guardando las proporciones- ocurre en Venezuela. Sólo se espera que Uribe no utilice estas armas para convertirse en dictador, pero casos se han visto y tanto poder suele nublar y embriagar. Las teorías psicológicas y psiquiátricas, suelen estar de acuerdo en cuanto afirman que mientras más poder se tiene, más poder se quiere.
Estas elecciones de congreso son premonitorias de lo que ocurrirá frente al futuro del país y del pelígro del unanimismo. Con esto quedan por fuera las minorías que, auque las hay, serán silenciadas en un congreso unánime. La repercusión de esto se verá en la vida cotidiana de los colombianos.

LISTADO DE PERIODISTAS ASESINADOS EN COLOMBIA

PERIODISTAS ASESINADOS
Desde 1988 hasta julio de 2005, las diferentes organizaciones de periodistas y de derechos humanos, reseñan un triste balance de 138 periodistas asesinados en Colombia, la mayoría de ellos en zona alejadas de Bogotá en donde el periodismo se encuentra permanentemente amenazada. Estos son los periodistas asesinados en Colombia.

1. Hernando Marné Sánchez Roldán Colaborador de El País, Cali, Valle del Cauca, Colombia y de otros medios de comunicación Asesinado el 19 de febrero del 2005

2. Julio Palacios Periodista de Radio Lemas, Cúcuta, Norte de Santander, Colombia Asesinado el 11 de enero del 2005

3. Jaime Alberto Madero Muñiz Voceador de El Informador, Santa Marta, Magdalena, Colombia Tiroteado por vender ejemplares del diario que contenía información sobre la captura de seis reconocidos paramilitares Asesinado el 30 de septiembre del 2004

4. Martín La Rotta Gerente y propietario de la Emisora La Palma Etéreo, San Alberto, Cesar, Colombia Asesinado el 7 de febrero del 2004

5. Oscar Alberto Polanco Herrera Director de Noticias del canal de cable CNC, Cable Unión de Occidente, Cartago, Valle del Cauca, Colombia Asesinado el 4 de febrero del 2004

6. William Soto Cheng Practicaba el periodismo de opinión en el canal Telemar, Puerto de Buenaventura, en el Valle del Cauca, Colombia Asesinado el 18 de diciembre del 2003

7. Zuly Esther Codina Pérez Dirigía un programa de opinión y actualidad en Radio Rodadero, de la Emisora Modelar, Colombia Asesinada el 11 de noviembre del 2003, Santa Marta, Magdalena

8. José Nel Muñoz Locutor de la emisora Latino Stereo, Puerto Asís, Putumayo, Colombia Asesinado el 7 de octubre del 2003

9. Juan Carlos Benavides Reportero de la emisora comunitaria de la Diócesis del Putumayo, Manantial Stereo, Putumayo, Colombia. Asesinado el 22 de agosto del 2003

10. Jaime Regifo Revero Conducía el programa Periodistas en Acción, en Maicao, La Guajira, Colombia Asesinado el 29 de abril del 2003

11. Guillermo Bravo Vega Dirigía el programa Hechos y Cifras del canal 2 de Neiva, Huila, Colombia Asesinado el 28 de abril del 2003

12. José Emeterio Rivas Director del programa Las Fuerza Vivas de la emisora comunitaria, Calor Estéreo, Barrancabermeja, Santander, Colombia. Su cadáver fue hallado el 7 de abril del 2003

13. Luis Eduardo Alfonso Parada Periodista de la emisora Meridiano 70 y colaborador de El Tiempo, Arauca, Arauca, Colombia Asesinado el 18 de marzo del 2003

14. Gimbler Perdomo Director de noticias y propietario de la emisora Panorama Stereo, Gigante, Huila, Colombia. Asesinado el 1 de diciembre del 2002


15. Elizabeth Obando
Jefa de Distribución del semanario Nuevo Día, Tolima, Colombia
Asesinada el 13 de julio del 2002 en Roncesvalle, Tolima, en represalia por los contenidos de la publicación que distribuía.

16. Mario Prada Díaz Director del mensuario Horizonte Sabanero, Los Pinos, Sabana de Torres, Santander, Colombia. Fue encontrado muerto el 12 de julio del 2002 tras desaparecer el día anterior.

17. Efraín Alberto Varela Noriega Propietario y director de Radio Meridiano 70, Arauca, Colombia Asesinado el 28 de junio del 2002

18. Rodrigo Alfonso Ahumada Lomanto Copropietario de la estación Radio Galeón, Santa Marta, Magdalena, Colombia Asesinado el 21 de junio del 2002. Ahumada y sus hermanos heredaron la estación tras el asesinato de su padre,

19. Rodrigo Ahumada Barros, en 1991. Denis Sánchez Lora Periodista locutor de la emisora 95.5, Carmen de Bolívar, Bolívar, Colombia. Asesinado el 17 de julio del 2002

20. Héctor Sandoval Camarógrafo de RCN TV, Bogotá, Colombia Herido durante un fuego cruzado entre soldados colombianos y la guerrilla de las FARC el 11 de abril del 2002. Murió el 12 de abril a causa de las heridas sufridas en el incidente.

21. Orlando Sierra Hernández Subdirector y periodista del diario La Patria, Manizales, Caldas,Colombia Fue atacado el 30 de enero del 2002, falleció el 2 de febrero , tres días después de sufrir un atentado.

22. Marco Antonio Ayala Reportero gráfico de El Caleño, Cali, Valle del Cauca, Colombia Asesinado el 23 de enero del 2002

23. Alvaro Alonso Escobar Periodista y propietario del semanario Región, Fundación, Magdalena, Colombia Asesinado el 23 de diciembre del 2001

24. José Duviel Vásquez Director, emisora La Voz de la Selva, Florencia, Caquetá, Colombia Asesinado el 6 de julio del 2001

25. Arquímedes Arias Henao Director y periodista, emisora radial Fresno FM Estéreo, Fresno, Tolima, Colombia Asesinado el 4 de julio del 2001

26. Pablo Emilio Parra Castañeda Gerente y reportero, emisora radial Planadas Cultural Estéreo, Planadas, Tolima, Colombia Su cadáver fue hallado el 27 de junio del 2001

27. Yesid Marulanda Romero Periodista deportivo de Telepacífico, Cali, Valle del Cauca, Colombia Asesinado el 3 de mayo del 2001

28. Flavio Bedoya Tovar Corresponsal, semanario Voz, Tumaco, Nariño, Colombia Asesinado el 27 de abril del 2001

29. Alfredo Abad López Director, radio La Voz de la Selva, afiliada a Radio Caracol, Florencia, Caquetá, Colombia Asesinado el 13 de diciembre del 2000.

30. Guillermo León Agudelo Periodista, radio La Voz de la Selva, afiliada a Radio Caracol, Florencia, Caquetá, Colombia Asesinado el 30 de noviembre del 2000

31. Gustavo Rafael Ruiz Cantillo Corresponsal, Radio Galeón, Pivijai, Magdalena, Colombia Asesinado el 15 de noviembre del 2000

32. Juan Camilo Restrepo Director de la emisora comunitaria Galaxia Stereo, de Ebejicó, Antioquia, Colombia Asesinado el 31 de octubre del 2000

33. Carlos Restrepo Rocha Director, periódico Tangente y editor del diario Usocoella al Día, San Luis, Tolima, Colombia Asesinado el 9 de septiembre del 2000

34. María Elena Salinas Profesora en la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Medellín y periodista de varios medios radiales de esa ciudad Su cadáver fue hallado en el corregimiento El Capotal, San Carlos, Antioquia, Colombia, el 5 de marzo del 2000.

35. Antonio Gómez Gómez Propietario de la emisora Ecos de la Sierra y dirigente comunitario Asesinado el 10 de febrero del 2000, Ciénaga, Magdalena, Colombia

36. Fabio Leonardo Restrepo Presentador de televisión y radio en Barrancabermeja, Santander, Colombia Asesinado el 6 de febrero del 2000

37. John Jairo Restrepo Camarógrafo, canal local de Barrancabermeja, Santander, Colombia Asesinado el 6 de febrero del 2000

38. Pablo Emilio Medina Mota Camarógrafo independiente Asesinado en el Gigante, Huila, Colombia, el 4 de diciembre de 1999

39. Alberto Sánchez Tovar Camarógrafo independiente Asesinado en El Playón, Bucaramanga, Santander, Colombia, el 28 de noviembre de 1999

40. Luis Alberto Rincón Fotógrafo independiente Asesinado en El Playón, Bucaramanga, Santander, Colombia, el 28 de noviembre de 1999

41. Rodolfo Julio Torres Reportero, Cadena radial Fuente, San Onofre, Sucre, Colombia Asesinado el 21 de octubre de 1999

42. Guzmán Quintero Torres Editor en jefe, diario El Pilón, Valledupar, Cesar, Colombia Asesinado el 16 de septiembre de 1999

43. Jaime Garzón Periodista, Radionet y de la televisora Caracol, Bogotá, Colombia Asesinado el 13 de agosto de 1999

44. Hernando Rangel Moreno Periodista independiente, El Banco, Magdalena, Colombia Asesinado el 11 de abril de 1999

45. José Arturo Guapacha Director y redactor, semanario El Panorama, Cartago, Valle el Cauca, Colombia Asesinado el 15 de octubre de 1998

46. Amparo Jiménez Payares Corresponsal noticiero En Vivo y jefa de Prensa de Redepaz, Valledupar, Cesar, Colombia Asesinada el 11 de agosto de 1998

47. Bernabé Cortés Reportero, Noticias CVN cadena Telepacífico, Cali, Valle del Cauca, Colombia Asesinado el 19 de mayo de 1998

48. Nelson Carvajal Carvajal Periodista de Radio Sur y RCN, también era maestro, Pitalito, Huila, Colombia Asesinado el 16 de abril de 1998

49. Didier Aristizábal Periodista radial y catedrático universitario, Cali, Valle del Cauca, Colombia Asesinado el 2 de marzo de 1998

50. Oscar García Calderón Cronista taurino, diario El Espectador, Bogotá, Colombia Asesinado el 22 de febrero de 1998

51. Jairo Elías Márquez Director, revista El Marqués, Armenia, Quindío, Colombia Asesinado el 29 de noviembre de 1997

52. Francisco Castro Menco Periodista y presidente, Radio Fundación Cultural, Majagual, Sucre, Colombia Asesinado el 8 de noviembre de 1997

53. Alejandro Jaramillo Subdirector, Diario del Sur, Paso, Nariño, Colombia Asesinado el 24 de octubre de 1997

54. Mario Calderón Periodista, Centro de Investigaciones y Educación Popular, Bogotá, Colombia Asesinado el 19 de mayo de 1997

55. Elsa Alvarado Periodista, Centro de Investigaciones y Educación Popular, Bogotá, Colombia Asesinada el 19 de mayo de 1997

56. Gerardo Bedoya Director de las páginas de opinión, diario El País, Cali, Valle del Cauca, Colombia Asesinado el 20 de marzo de 1997

57. Freddy Elles Fotógrafo independiente, Cartagena, Bolívar, Colombia Asesinado el 18 de marzo de 1997

58. Alfredo Antonio Matiz Propietario, Radio Arauca, Tame, Colombia Asesinado el 7 de enero de 1996

59. Ernesto Acero Cadena Presidente, Círculo de Periodistas, Armenia, Colombia Asesinado el 12 de diciembre de 1995

60. Iván Darío Pelayo Director, Radio Llanorámica, Puerto Rondón, Arauca, Colombia Asesinado el 17 de agosto de 1995

61. Gildardo Ariza Periodista radial, Ondas del Carare, Vélez, Santander, Colombia Asesinado el 20 de abril de 1995

62. Orlando Villar Jiménez Periodista, integraba el equipo de comunicaciones de la campaña presidencial de Ernesto Samper, Bogotá, Colombia Asesinado el 7 de octubre de 1994

63. Martín Eduardo Múnera Locutor, Radio reloj de la cadena Caracol, Bogotá, Colombia Asesinado el 3 de septiembre de 1994.

64. Abelardo Martín Pinzón Editor, Telepacífico y camarógrafo, Tulúa, Nariño, Colombia Asesinado el 27 de mayo de 1994

65. Jesús Medina Parra Periodista radial, Cúcuta, Colombia Asesinado el 28 de enero de 1994

66. Arada de San Martín Radio Súper y El Siglo, Bogotá, Colombia Asesinado el 12 de enero de 1994

67. Eugenio Orejuela Periodista radial, Cali, Valle del Cauca, Colombia Asesinado el 18 de noviembre de 1993

68. Manuel José Martínez Periodista de Radio Súper de Popayán, Colombia Asesinado el 28 de septiembre de 1993

69. Nelson de la Rosa Toscano Reportero gráfico en El Universal, Cartagena, Colombia Asesinado el 3 de agosto de 1993

70. Carlos Lajud Catalán Comentarista deportivo, emisora ABC, Barranquilla, Colombia Asesinado el 19 de marzo de 1993

71. Eustorgio Colmenares Director y propietario de La Opinión, Cúcuta, Norte de Santander, Colombia Asesinado el 12 de marzo de 1993

72. Jesús Sánchez (Informe SIP marzo 1993, no ofrece más detalles)

73. Gerardo Didier Gómez Cronista taurino, vía Cali-Buga, Colombia Asesinado el 11 de febrero de 1993

74. Germán Olano Moreno Reportero gráfico y vicepresidente de la Asociación Nacional de Fotógrafos, Colombia Asesinado el 7 de octubre de 1992, en Medellín

75. John Félix Tirado Redactor judicial del diario Vanguardia Liberal, de Bucaramanga, Colombia Asesinado el 5 de agosto de 1992 por sicarios que se movilizaban en una motocicleta. 

76. Wilson Montoya Reportero de Radio Cadena Nacional (RCN), Colombia Encontrado muerto el 26 de julio de 1992, cerca de la Universidad de Antioquia en Medellín.

77. Gloria Noriega Torres Periodista, Colombia Asesinada el 6 de julio de 1992 en el pueblo de La Paz, departamento del Cesar

78. Ismael Cortés Director del periódico La Opinión, del Magdalena del Medio, Colombia Asesinado el 6 de mayo de 1992 en Barrancabermeja

79. José Miguel Amaya Espinosa Jefe de prensa de la alcaldía de Cartago, Colombia Asesinado el 27 de marzo de 1992

80. Fredy Mario Erazo Locutor deportivo de la Cadena Radial Super, Colombia Asesinado el 14 de febrero de 1992, en Medellín 

81. Carlos Alberto Llanos Milán Director del Noticiero Popular de Cali, era también líder cívico y aspirante al Concejo de Cali, Colombia Asesinado el 22 de enero de 1992

82. Lácides Casa Mena Periodista y concejal liberal, fue propietario de la emisora Ecos del Río León y colaborador del periódico de la zona, Colombia Asesinado el 16 de enero de 1992 en Chigorodó

83. Henry Rojas Monje Corresponsal de El Tiempo en Arauca, Colombia Asesinado el 28 de diciembre de 1991 

84. Rafael Antonio Solano Brochero Propietario de una agencia de prensa, Colombia Asesinado el 30 de octubre de 1991 en Santa Marta 

85. Javier Ramos Acevedo Narrador deportivo, Colombia Asesinado el 4 de octubre de 1991 en la ciudad de Tulúa, departamento del Valle

86. Rodrigo Ahumada Barros Periodista y candidato liberal a la Cámara, Colombia Asesinado el 26 de septiembre de 1991

87. Rogelio Grajales Empleado del departamento de circulación de El Tiempo, Colombia Asesinado el 16 de septiembre de 1991 en Cali

88. Tarsenio Hoyos Locutor de La Voz de Ariari, Colombia Asesinado el 13 de septiembre de 1991 en Villavicencio, departamento del Meta

89. Hernando Hernández Asesinado el 16 de agosto de 1991, en Arauca, departamento de Caldas, Colombia

90. Hernán Blanco Periódico El Espacio, Colombia Asesinado el 3 de agosto de 1991

91. Carlos Julio Rodríguez Locutor de la emisora Voz de la Selva, filial de la cadena Caracol, Colombia Asesinado el 20 de mayo de 1991, en Florencia, departamento de Caquetá

92. José Liberdo Méndez Periodista, Colombia Asesinado el 20 de mayo de 1991, en Florencia, departamento de Caquetá

93. Jorge Torres Navas Fotógrafo de El Espectador, Colombia Asesinado el 24 de abril de 1991 en Segovia, Antioquia

94. Julio Daniel Chaparro Reportero de El Espectador, Colombia Asesinado el 24 de abril de 1991 en Segovia, Antioquia

95. Henry Domínguez Agente de El Tiempo, en Barrancabermeja, Colombia Asesinado el 1 de marzo de 1991, se presume que fue perpetrado por un grupo guerrillero. 

96. Diana Turbay Directora de la revista Hoy por Hoy, Colombia Asesinada por sus captores el 25 de enero de 1991. Había sido secuestrada en agosto de 1990 por el grupo de los “Extraditables”, del Cartel de Medellín. 

97. Myriam Naza Sampoyoi Periodista de Caracol, Colombia Murió en Medellín el 28 de junio de 1990

98. Hernando Tavera Funcionario de circulación de El Espectador, Colombia Asesinado el 20 de abril de 1990, en Medellín

99. Silvia Duzán Reportera investigativa, asesinado en Magdalena Medio, Colombia, mientras preparaba un reportaje especial para la BBC de Londres. Asesinada el 26 de febrero de 1990

100. Cayetano Domínguez Propietario de una emisora y vicepresidente seccional de la Asociación Colombiana de Periodistas, Colombia. Asesinado el 3 de febrero de 1990, en el puerto petrolero de Barrancabermeja.

101. Eladio Arredondo Periodista retirado, fundador del Círculo de Periodistas de Armenia, Colombia Asesinado en Armenia el 3 de febrero de 1990

102. José Wenceslao Espejo Director y propietario del semanario El Tabloide, Colombia Asesinado el 1 de diciembre de 1989

103. Guillermo Cano Isaza El 17 de diciembre de 1986 es asesinado el director del periódico frente a las instalaciones del periódico por sicarios y cumpliendo órdenes de Pablo Escobar Gaviria, jefe del cartel de Medellín. Al siguiente día los medios de comunicación de la Nación se silenciaron por un día en señal de duelo y de solidaridad con la familia del sacrificado director.

104. Jorge Enrique Pulido Director del noticiero de televisión Mundo Visión, Colombia Baleado en Bogotá el 29 de octubre de 1989, falleció el 8 de noviembre

105. Diego Vargas Escobar La Voz de las Américas, cadena radial Súper, Colombia Asesinado el 17 de octubre de 1989, en Medellín

106. Marta Luz López Gerente de El Espectador, Colombia Asesinada el 10 de octubre de 1989 en Medellín 

107. Miguel Arturo Soler Rodriguez Jefe de Circulación de El Espectador, Colombia Asesinado el 10 de octubre de 1989 en Medellín

108. Roberto Sarasty Dirigía la revista política El Cronista Demócrata, periodista independiente, Colombia. Asesinado el 10 de octubre de 1989 en Medellín.

109. Guillermo Gómez Murillo Colaborador de El Espectador, investigaba actividades de grupos políticos vinculados al narcotráfico, Colombia. Asesinado el 16 de septiembre de 1989, en Buenaventura

110. Juan Gabriel Caro Montoya Corresponsal en Italia del diario El Mundo, Colombia Asesinado el 17 de junio de 1989, en Medellín

111. José León Vallejo Rendón TV Antioquia, Medellín, Colombia Asesinado el 16 de junio de 1989

112. Adolfo Pérez Arosama Periodista al servicio de la Cruz Roja Colombiana, Colombia Asesinado el 21 de mayo de 1989, en Cali

113. Carlos Enrique Morales Subdirector del quincenario Radar Colombiano, Cali, Colombia Asesinado el 21 de mayo de 1989

114. Luis Daniel López Vera Radio Metropolitana, Bucaramanga, Colombia Asesinado el 23 de abril de 1989

115. Héctor Giraldo Gálvez Abogado y periodista, El Espectador, Bogotá, Colombia Asesinado el 29 de marzo de 1989

116. Rodrigo Vélez Toscazo El País Asesinado el 31 de mayo de 1988, Colombia

117. Jorge Alberto Stefan Gómez Jefe de Seguridad del diario El Colombiano, Medellín, Antioquia, Colombia Asesinado en marzo de 1988 (informe SIP marzo 1988, no precisa fecha)

118. “tres periodistas asesinados”, Colombia (informe SIP marzo 1988 no ofrece otros detalles) 

119. Agustín de Jesús Reyes, asesinado el 22 de marzo del 2003, Colombia

120. Oscar Salazar Jaramillo, asesinado el 9 de marzo del 2003, Colombia

121. José Elí Escalante, asesinado el 28 de octubre de 2002, Colombia 

122. Víctor Omar Acosta, asesinado el 15 de mayo del 2002, Colombia

123. Juan Carlos Gómez Díaz, su cadáver fue hallado el 3 de abril del 2002 en un río 
con disparos en la cabeza y señas de tortura, Colombia

124. Eduardo Estrada Gutiérrez, asesinado el 16 de julio del 2001, Colombia

125. Jorge Enrique Urbano, asesinado el 8 de julio del 2001, Colombia

126. Edgar Tavera Gaona, asesinado el 18 de mayo del 2001, Colombia

127. Saúl Salazar Wastein, asesinado el 14 de octubre de 1998, Colombia

128. Néstor Villar Jiménez, asesinado el 12 de septiembre de 1998, Colombia

129. Víctor Manuel Ramos, asesinado el 19 de junio de 1998, Colombia

130. José Abel Salazar, asesinado el 14 de marzo de 1998, Colombia

131. Libardo Alonso Sarmiento, asesinado el 10 de marzo de 1997, Colombia

132. Santiago Rodríguez Villalba, asesinado el 21 de febrero de 1997, Colombia

133. Norvey Díaz Carmona, asesinado el 18 de octubre de 1996, Colombia

134. Alvaro Gómez Hurtado, asesinado el 2 de noviembre de 1995, Colombia

135. Germán Tobón Martínez, asesinado el 8 de septiembre de 1994, Colombia

136. Manuel Cepeda Vargas, asesinado el 9 de agosto de 1994, Colombia

137. Edgar de Jesús Correa Rodríguez, asesinado el 9 de agosto de 1994, Colombia

138. Horacio Yepes Lozano, asesinado el 25 de mayo de 1994, Colombia

** Actualizado el 2 de julio del 2005. Fuentes: Reporteros sin Fronteras, Fundación Inpunidad, Federación Internacional de Periodistas, Círculo de Periodistas de Bogotá, Medios para la Paz, Fundación para la Libertad de Prensa, Amnistía Internacional, Sociedad Interamericana de Prensa.

PERIODISMO COLOMBIANO EN CRISIS A LOS 60 AÑOS DEL CPB

El periodismo colombiano está en la cuerda floja. Es un periodismo amenazado. Un periodismo amordazado entre las amenazas de los grupos de extrema derecha y de extrema izquierda. Un periodismo cuya censura llegó al colmo del mismo periodista, quien por proteger su vida, se autocensura. Un periodismo que está sacrificado y presionado por los intereses de los grupos económicos y políticos que son los mismos dueños de los medios de comunicación donde el periodista ejerce su profesión. Un periodismo invadido por el globalismo en donde las noticias ya no se consiguen ni hacen en su mayor parte, sino que se compran como mercancía a agencias sin importar el criterio gracias a comunicadores comprados por los medios como defensores de sus intereses. A todo esto, sumemos el maltrato laboral al periodista profesional en detrimento de su calidad de vida y de la misma calidad del periodismo.

Y es hora de decir la verdad y que ésta se haga pública. Los periodistas damos la palabra y el espacio a todos para sus denuncias, menos para denunciar nuestros males y es que luego de ver al Círculo de Periodistas de Bogotá, subsisir como sindicato que defiende los derechos de los periodistas, por 60 años, pese a las presiones y malas jugadas de los dirigentes de los medios de comunicación, hay que celebrar su aniversario.

1. LOS MEDIOS.
Comencemos por quienes son en parte culpables que los males del periodismo colombiano se encuentre en la situación actual de crisis.

Los medios de comunicación colombianos no son independientes. Su existencia está condicionada a la dinámica del mercado de la oferta y la demanda en donde la información es un producto mas de estantería. Los periodistas son obreros explotados que "obedecen y no piensan". Esta última frase es recordada a diario a los periodistas por algunos directores que son comunicadores que hacen de "jefes" que se han cegado en el poder del mando administrativo, antes que en el criterio periodístico.

Los medios hoy en día, sólo trabajan en pro del beneficio propio. Compran y venden un producto llamado información, empacado en unas cajas llamadas noticieros y con pastillitas de diversos sabores y colores llamadas noticias que son elaboradas por empleados maltratados y explotados económicamente, física y sicológicamente, llamados periodistas.

Los medios de comunicación en Colombia, castran lo que siempre había sido reconocido por un oficio intelectual y con criterio y ahora lo han convertido en un oficio irracional donde se siguen órdenes y donde pensar es una potestad que sólo tienen los que dirigen u ostentan algún poder y que son quienes están doctrinados por los intereses de las empresas.

Un periodista ya no puede hacer periodismo de fuente porque en cualquier momento debe dejarlo a su compañero por una orden, esto deja atrás lo de la confidencialidad de la fuente. Tampoco puede adelantar investigaciones sin notificar previamente a sus superiores -como en el ejército- entre otras cosas, porque debe cumplir con tareas de cubrimiento cotidiano y el tiempo y las actividades son controladas por los superiores. Las investigaciones ya no las adelanta el periodista, sino el medio. En la mayoría de los casos se le dan a los periodistas temas agendados a discreción por los jefes o en medio del cubrimiento cotidiano, el periodista termina reproduciendo los boletines de prensa hasta el punto que el quehacer periodístico, depende mas de la fuente o del comunicador enlace -jefe de prensa- que del mismo ejercicio periodístico.

Este comportamiento de logística de los medios es más evidente en la radio y la televisión y un poco menos en los medios escritos sin que éstos últimos no realicen prácticas similares. La radio por ejemplo, con el argumento de la reducción de costos, mantiene la mayoría del equipo periodístico dentro de la sala de redacción y depende del teléfono, el Internet, el fax. Sólo mantiene periodistas desplazados para fuentes fijas como el congreso, la presidencia o sus correspondientes en los departamentos y municipios. La mayoría de los medios de radio corresponden a las cadenas radiales que además centralizan la información despreciando el nivel de los periodistas de provincia y sus sueldos son mínimos para un profesional, muchas de las radios continúan ejerciendo la práctica de los "cupos" en donde dan algunos minutos a los periodistas para que sean vendedores de publicidad.

Los noticieros de televisión pertenece de igual manera a los grupos económicos que ostentan la propiedad de los canales y su práctica es similar a la de la radio pero mucho mas aberrante. No hay turnos de trabajo que se respeten. Un periodista de televisión puede trabajar 12, 15 y mas horas sin que se le reconozcan sus horas extras. Se les paga salarios integrales, que dejan por fuera las prestaciones legales, las que deben ser asumidas por los periodistas. Muchos además trabajan por contratos de prestación de servicios con remuneraciones ínfimas y un irrespeto total por la dignidad profesional. Los periodistas de televisión no tienen fines de semana y cuando tienen descansos, en muchas oportunidades son cruzados por responsabilidades adicionales de guarda que no son reconocidos.

Estas prácticas de la televisión, se agrava, cuando a los profesionales de la comunicación se les amenaza con despedirlos si no se someten a los regímenes que los medios imponen ante el argumento que "hay muchos profesionales desempleados con ganas del puesto". A esto se le suma el fenómeno de las prácticas profesionales que no están reguladas y que hacen que las funciones periodísticas sean asumidas, de manera gratuita, por estudiantes de comunicación de último año que es usado e igualmente maltratado, bajo el argumento de que es un orgullo para el estudiante trabajar o hacer sus prácticas en un medio de comunicación. Lo triste es que ese estudiante no tiene muchas oportunidades de quedarse a laborar en el medio porque es mas rentable rotar por otro al que tampoco le pagarán. Cuando un estudiante de práctica es contratado, este pasa a ser de sueldos muy bajos, lesionando la justicia entre trabajo e ingreso.


Pero los medios de comunicación tienen aberraciones que se podrían tipificar de enfermas. La tendencia a utilizar lo espectacular por encima del criterio periodístico de relevancia o importante para la sociedad a la que informan y sobre eso, unos juegos de amplia relatividad ética que los hace aparecer como protagonistas de causas sociales que tienen como transfondo demostrar su poder, influencia y raiting, todo en un juego comercial.

Colombia es el único país en donde las noticias se mercantilizan a tal punto que las para que sean emitidas "buenas noticias" tienen que ser patrocinadas o compradas por entidades financieras como Conavi o Bancolombia, deteriorando la calidad periodística al punto que de dejar el mensaje que "la noticia tiene que ser rentable". Una rentabilidad marcada por el Raiting o por el dinero. En últimas el Raiting, significa dinero.

Pero con todo esto debemos recordar que muchos de los periodistas que son enviados como carne de cañón al cubrimiento de hechos violentos, como soldados sin armas, son dejados a merced de su suerte y ante amenazas no son protegidos por el medio y pasan a ser despedidos. Si bien hay casos excepcionales, la mayoría de los periodistas quedan a su suerte, entre otras cosas, porque nunca tuvieron contratos laborales decentes.

Como miembro de la Junta Directiva del Círculo de Periodistas de Bogotá, he recibido a periodistas que cuentan estos y otros desmanes ejercidos por los medios de comunicación y acuden desesperados para que se busque ayuda y protección. Un periodista en Bogotá corre, tal vez, con mejor suerte que en el resto del país. Aquellos periodistas corresponsales de medios nacionales pero con ubicación en la región sufre y mucho.

Como sus nombres y apellidos no pertenecen a la élite de la prensa colombiana que opera como una mafia y no obstentan poder económico ni de opinión, quedan desamparados y no tienen otro remedio que engrosar las filas de los desplazados comunes y corrientes de este país, cuando un periodista es, entre otras, una voz de la democracia.

El periodista es amenazado por función de su ejercicio y queda atrapado sin la protección del medio para el que trabaja. No existe un fondo creado por los medios de comunicación, para apoyar a periodistas víctimas o destinado para la protección de ellos y sus familias en casos de peligro. Las familias de los periodistas asesinados, son olvidados por los medios de manera despreciable.

Pero los medios y sus gerentes -en su mayoría, no periodistas- están en otros niveles y basta una llamada para negociar el tono de sus informaciones, dando órdenes a quienes dirigen o coordinan la información. En caso de desobediencia, se aplican los reglamentos laborales. Estas órdenes se replican en las diferentes esferas hacia abajo.

Si esto lo hacen los medios con los periodistas, profesionales que estudiaron una carrera profesional y que merecen respeto, lo que pasa con los técnicos, camarógrafos, editores y demás es peor. Se les paga los salarios mínimos y se olvida que arriesgan la vida, al igual que el periodista.

Es increíble que la ritualización que se ha hecho del presentador de noticias que es diosificado por el medio y reclutado a las élites, mientras el grueso del trabajo lo realizan los periodistas rasos que cada día son mas carga-ladrillos.

Ese comportamiento de maltrato de los medios, es ejecutado por otros comunicadores que son convertidos en los "Torquemada" que distribuyen sus órdenes en términos insultivos y groseros. Son ellos los mandaderos o estafetas de las razones enviadas por los directivos y gerentes haciendo cumplir las órdenes casi militares y quienes se creen que pueden hacer sentir que la vida del periodista que labora en el medio, les pertenece.

Existe, sobre todo en la televisión, tratos que han ido haciendo carrera a través del tiempo como: el grito, el irrespeto, la subvaloración y la presión indebida; y ejercida por personas que se les denomina comúnmente como “Yamidsitos”, apelando a las histerias de, quizás el periodista mas importante del país, que gritaba y ultrajaba hasta el punto de que en cada emisión de noticiero, despedía a una persona y llevando esto, inclusive, al mismo ejercicio periodístico como cuando despidió al aire a uno de sus empleados, violando todos las leyes laborales. En Colombia, el periodista que no trabaje en los medios, es prácticamente desconocido como periodista, aunque ejerza su profesión. Los medios han logrado que la única condición de reconocimiento de periodista, sea bajo su venia, salvo en casos muy escasos.

Como si fuera poco, muchos medios de comunicación limitan al periodista en sus derechos y amenazan a estos de ser despedidos de sus puestos, si integran gremios, asociaciones o sindicatos de periodistas.

Esta dura situación del periodista, ha llevado y lleva en bola de nieve, a una crisis del periodismo desde los mismos medios de comunicación.

2. LAS GUERRILLAS, LAS AUTODEFENSAS Y EL ESTADO
El ejercicio del periodismo en Colombia se da en medio de una situación irregular, pero que por la prolongación del conflicto, ya pareciera regular. En nuestro país han nacido y muerto generaciones dentro de esta situación irregular que sigue siendo negada por los gobiernos: Un conflicto armado interno, un estado de guerra.

Los periodistas son personas pertenecientes a la sociedad civil que buscan mantener comunicados a los colombianos, tratando de hacer una fiscalización y veeduría del Estado y lo que en la sociedad ocurre. La prensa es una institución social que garantiza -en su medida- la libertad, la democracia y la justicia. La labor del periodista no es solamente dar noticias, sino denunciar lo que no está bien dentro de una sociedad para que ésta pueda tomar los correctivos para el bien y la convivencia.

Los periodistas no pertenecen a ningún bando. Los periodistas pertenecen a la sociedad. Su único interés, es el interés colectivo. La sociedad. El ejercicio periodístico tomará siempre partido por esa sociedad a la que está obligado a informar y respetar. El Estado, es la suma de esa sociedad civil, representado en las instituciones que soportan el bienestar social. El Estado no es el Gobierno. Por eso comienzo por el Estado.

En Colombia, las entidades del Estado están tristemente politizadas por los gobiernos de turno y los remanentes de otros que son opositores. Esta politización, hace que las instituciones del Estado no respondan claramente a la búsqueda del bienestar común y pierden esfuerzos en ataques entre ellas mismas. Esto es materia prima para las denuncias periodísticas dado que ello es el caldo de cultivo de la corrupción, los rifi-rafes y los escándalos. Entre la política sucia, un estado politizado por administradores públicos turbios y los gobiernos de turno, se ejerce una enorme presión para el control de la información en donde se compran periodistas, medios y se compran cabezas.

No es secreto que el chantaje de los gobiernos, de políticos y hasta del sector privado empresarial, se ha convertido en una práctica común para que el periodista no pueda ejercer su labor. Estos chantajes están dados como forma de presión que busca influir en el periodista en el tono y hasta en la omisión de la información bajo la amenaza de la permanencia en su puesto. En muchas oportunidades, se compra al periodista ofreciéndole que abandone su trabajo y se sume a otro trabajo del lado de quien presiona. Tampoco es secreto que muchos profesionales, por necesidad, caen.

Hay que recordar el caso del presidente Pastrana y como Caracol despidió a Edgar Artunduaga, todo esto luego que el periodista no aceptara las presiones del gobierno, o el caso del periodista Enrique Botero cuando produjo para Reportajes Caracol, el documental "El Verde Mar del Olvido" sobre los secuestrados por las FARC y como el gobierno Pastrana presionó al periodista y al Canal Caracol terminando con la expulsión del periodista del canal.

Esta es la primera trinchera que el periodista tiene que salvar en medio del conflicto y parte de sortear los intereses de los gobiernos, los políticos y quienes ostentan el poder económico del país.

Por otro lado y sin que sea menos importante, están las presiones y amenazas contra la integridad y la vida por parte de los grupos alzados en armas que operan en el País. Tanto los grupos guerrilleros como las FARC, el ELN, las Autodefensas y grupos de delincuencia y narcotráfico, ejercen presión por la fuerza.

El periodista es una piedra en el zapato y su labor social de denuncia, va en contravía de la acción terrorista que ejercen a diario a lo largo y ancho del país. El periodista es: amenazado, retenido, secuestrando y asesinado por estos grupos. La lista es larga de periodistas que han tenido que salir de sus ciudades desplazados por las presiones de estos grupos, así como los periodistas retenidos en donde se les hacen advertencias y los que son asesinados por divulgar la verdad.

Las zonas de Arauca, Antioquia, Santander, Caquetá, Putumayo, Valle, Nariño, Sucre, Huila, Córdoba y Cauca, son los departamentos más golpeados en donde el ejercicio del periodismo es restringido por la acción de estos grupos. La guerrilla de las FARC ha dinamitado un sinnúmero de antenas de radios comunitarias en poblaciones alejadas del centro del país y ha atentado contra medios hablados y escritos y quienes laboran en ellos.

Los periodistas en estas zonas del país, trabajan con dos ingredientes que no permiten el libre ejercicio: el miedo y la censura. Callar es el único remedio y quien no lo haga paga las consecuencias de lo que estos grupos llaman la guerra.

Pero esta situación de terror no la vive solo el periodista. Los mecanismos de presión que los grupos de guerrilla y autodefensa realizan, se extiende a las familias de los comunicadores sin que ninguno pueda defenderse.

Las formas de terror son variadas: ramos de flores y coronas mortuorias, invitaciones a los entierros, ataúdes en miniatura, listas negras de exterminio, retenciones y juicios de guerra, torturas, llamadas telefónicas amenazantes, atentados con granadas, atentados con sicarios en moto, secuestros prolongados, seguimiento a familiares, retención de familiares a quienes envían mensajes, atentados bomba contra los medios.

Los periodistas no tienen defensa. Los periodistas no tienen escoltas ni carros blindados. Este privilegio es solo para muy pocos, la mayoría de ellos de la capital y la mayoría de ellos, periodistas de estatus como directores o periodistas que gozan de algún prestigio. Pero el periodista real, el que vive el país en las zonas de conflicto, este está destinado a vivir su suerte.

El Ministerio del Interior y de Justicia, tiene un plan de protección a periodistas que no es suficiente. Aunque algunos han sido beneficiados, éste programa trata de ayudar a los periodistas amenazados con chalecos antibalas, radios de comunicación, si es del caso con escoltas o vehículos y en el extremo de los casos, con el trámite de salida del periodista de su lugar de residencia o fuera del país en un plan que se llama de reubicación.

Este programa que tiene mucho mérito, tiene graves problemas porque no cubre a todos los periodistas a quienes les es evaluado su nivel de riesgo antes de proceder con la ayuda. En ese tiempo, el periodista ya ha tenido que actuar en pro de la protección de su vida y su familia y opta por autocensurarse, callarse o cambiar de ciudad con sus propios recursos. Muchos han muerto en el proceso.

El periodista está indefenso y el Estado poco o nada hace para garantizar su seguridad. En Arauca, la policía destinó algunos efectivos para que acompañaran a los periodistas en el desarrollo de su actividad para ofrecer seguridad. Si bien esta iniciativa parte de ser una solución, esta misma se convierte en una enfermedad porque limita el ejercicio periodístico y lo restringe. ¿cómo consulta con libertad un periodista a una fuente con policía a bordo? . Esta situación es surrealista.

Las guerrillas y las autodefensas, los grupos delincuenciales organizados y el narcotráfico, aprovecha el estado de indefensión del periodista para buscar manipular los contenidos informativos, en oportunidades obligan al periodista a difundir comunicados o informaciones sesgadas. La información es tomada por estos grupos, como arma de guerra e intimidatoria que busca un efecto desestabilizador en la sociedad. Es esta información utilizada como herramienta publicitaria para generar zozobra y temor en las comunidades y el periodista es obligado.

Si bien, esta realidad no es tan cercana a los periodistas de las grandes cadenas, quienes laboran dentro de verdaderos bunkers, es de preguntarse porqué en un país que se dice "libre" esos medios de comunicación están tan protegidos? Son tan graves las amenazas a los medios y a sus periodistas, que las grandes empresas informativas han generado sistemas de seguridad comparables a las de las embajadas y ministerios para controlar el acceso de personal a sus instalaciones, blindándose con bunkers, en oportunidades, de hormigón. La guerra o el conflicto armado -no reconocido oficialmente por el gobierno- ha obligado a que los medios busquen sedes "seguras" con diseños especiales y con cinturones de seguridad y comunicaciones directas para casos de atentados. Estas empresas han contratado agencias especializadas de seguridad y tienen conexión directa con ejército y policía.

Aunque dentro de las salas de redacción, las oficinas parecieran generar un ambiente agradable, el ambiente laborar se hacer hostil al ingreso y el peligro siempre está presente. Las sedes de radio Caracol en Medellín, RCN radio en Cali, el periódico El Espectador en Bogotá, el Canal RCN en Bogotá, el periódico Vanguardia Liberal en Bucaramanga, El periódico El Mundo en Medellín, son algunos de los que han recibido atentados dinamiteros, con carros bomba y hasta con misiles y cilindros bomba. Muchos han sido los periodistas heridos en su trabajo.

El periodismo en Colombia en una verdadera Profesión Peligro, y así es reconocido por las organizaciones internacionales de periodistas que ponen al país, dentro de la lista de los 5 mas peligrosos para ejercer el oficio en el mundo junto con Irak y otros países declarados en guerra.

Esta situación de zozobra e inseguridad para el periodista, afecta la calidad de la información y acrecienta la crisis que el periodismo colombiano vive hoy en día sin que se vean soluciones cercanas.

3. EL PERIODISTA Y LA FUENTE
Si bien en esta crisis inicia en los medios y pasa por el estado de guerra y violencia que se vive en el país, el periodismo vive situaciones extrañas que afectan la verdad y la calidad de la información en las formas de relación entre periodista y fuente.

Estos son comportamientos de rutinas que han se han ido perpetuando, entre otras cosas, por la falta de calidad de algunos periodistas y por el facilismo que proviene de reflexiones sencillas: "si pagan poco, el esfuerzo es poco". En este caso, muchos medios han entrado en la dinámica que algunos periodistas han impuesto, pues se da la misma reflexión de manera inversa: "si el medio paga poco, exige poco". Y es que tanto periodistas como medios han caído en este círculo en donde por los problemas económicos del medio, el periodista se ve obligado a generar relaciones alternas con las fuentes y otros nacidos del mismo periodista aunque lo tenga todo para ir mas allá.

Una de estas relaciones nace del desconocimiento real de la fuente. Sólo se acude a ella por teléfono y se valida como fuente sólo por el hecho de contestar a la llamada, independiente si quien conteste es calificado o no. Es común tener versiones de conductores, secretarias y personas cercanas que no son la fuente y que llevan a que se produzcan informaciones no rigurosas y especulativas.

La otra es la dependencia del jefe de prensa o del comunicador organizacional que ha destinado una entidad para sus relaciones con la prensa, en donde el periodista, termina haciendo eco de los intereses de las entidades, sin contrapreguntar, sin contrastar y simplemente aceptando el "comunicado o boletín de prensa" como única y total verdad.

En estos casos, el periodista termina siendo el "tonto útil" de quien quiere manipular las versiones o la información y haciendo eco a visiones amañadas. Pero la situación es crítica, cuando algunos periodistas con boletín en mano, van a la fuente, sólo para que de viva voz, se lo repitan porque necesita mostrar que alguien lo diga.

En estos casos: No investigación, no rigurosidad, no trabajo periodístico y solo es un trabajo de amplificador o grabador que toma nota de lo dicho. El público oyente, lector y televidente es consciente de esto y en la última década, ha castigado con el raiting y el consumo de informativos y noticieros a tal punto, que si hace 10 años los noticieros eran lo mas vistos y marcaban los mas altos niveles de audiencia, hoy en día necesitan de arrastre y pierden audiencia durante la emisión y marcan por debajo de seriados y novelas.

Pero este problema también está dado por las mismas políticas de las salas de redacción, en donde la escogencia del periodista para una fuente, no se da en términos de capacidad o especialidad, sino en términos del periodista amigo.
Recuerdo cuando era periodista en el Canal Caracol y en un consejo de redacción, pregunta el director del momento: Quien es amigo del nuevo ministro de defensa?. La periodista que respondió afirmativamente, fue asignada a la fuente. Estas preguntas son frecuentes en las salas de redacción. Queda pues el cubrimiento informativo relegado a la amistad con la consecuencia lógica: ¿con qué autoridad moral e independencia se realizará el cubrimiento de una fuente que amiga?, ¿cómo denunciar o criticar informativamente a alguien que es amigo o en donde media el interés de la amistad? ¿en dónde queda la ética del periodista y del medio?

Algunos periodistas que han llegado al CPB y con quienes he tenido la oportunidad de conversar, han denunciado la preferencia de mesas de asignaciones y salas de redacción, por mujeres para el cubrimiento de algunas fuetes puntuales. El caso de quienes cubren Ejército. El criterio es que tal vez como son mujeres, los hombres militares caen frente a sus encantos y obtienen más fácil la información. Muchos periodistas hombres se han dado a la tarea de demostrar que esto no es verdad, pero deja mucho de desear esta actitud de los directivos que equívocamente han utilizado estas estrategias. No obstante existe varios casos de mujeres periodistas enviadas con este criterio a cubrir fuentes militares, que han terminado en situaciones románticas con miembros de las fuerzas militares.

Estas relaciones extrañas y no convencionales del periodista y la fuente dista mucho de ser rigurosa y afecta la calidad informativa e incrementa la crisis del periodismo en Colombia.

4. LAS FUERZAS DE SEGURIDAD DEL ESTADO
Si bien Colombia se estima de ser un Estado de Derecho, existen presiones atípicas a esta condición emanadas por comportamientos de las fuerzas de seguridad del Estado. Por estos días, son públicas y controversiales las denuncias del director del periódico Vanguardia Liberal, en donde cuenta que sus periodistas, sus comunicaciones, sus instalaciones están siendo vigiladas y seguidas por las fuerzas de seguridad y de inteligencia. Denuncia que los teléfonos están intervenidos y que ha tenido conocimiento de pormenores de seguimientos a sus periodistas.

Y es que esta denuncia no es nueva. Muchos periodistas por temor a represalias no denuncian este tipo de atropellos que también han sido físicos en algunas oportunidades. Las fuerzas de seguridad del Estado: Das, Policía, Ejército, CTI, Fiscalía entre otros, han cometido abusos contra el libre ejercicio periodístico.

Casos aberrantes como el de la Fiscalía que limitaba el ingreso a sus instalaciones y que para poder ser acreditados, exigía al comunicador, entregar a la entidad toda la información personal del periodista y su familia. O del Das con la intervención de teléfonos y seguimiento a periodistas. O la Policía con los maltratos a periodistas cuando éstos cubren disturbios, o las del Ejército cuando trata de contrarrestar que se den informaciones que generan escándalos en sus filas, o la de todos ellos cuando piden a los directores que cambien el periodista encargado de cubrirlos porque no les parece o no les gusta.

Estas prácticas totalitaristas son absurdas pero comunes. Hay periodistas que denuncias como han sido desacreditados o a quienes la fuerzas de seguridad impiden el ingreso o la libre movilización y acceso a los sitios de noticias, solamente para poder manipular los hechos, como el caso de la masacre de Cajamarca. Muchos periodistas han sido amenazados.

Muchas de estas denuncias, se han hecho públicas por la valentía de los periodistas a costa de su propio riesgo. Estas denuncias como en el caso del Vanguardia Liberal, llegan a las altas esferas de las instituciones quienes siempre reaccionan de la misma forma aduciendo que esa no es la manera de actuar de las fuerzas de seguridad y manifiestan su preocupación reiterando que realizarán la investigación correspondiente.

Pero el caso no es que los mandos se preocupen e investiguen, el caso es que estos desmanes ocurren y eso es una falta grave dentro de una democracia, un Estado de Derecho y un Estado libre.

Esto afecta evidentemente la calidad informativa, el ejercicio periodístico y la libertades democráticas.

5. EL GOBIERNO Y LAS INSTITUCIONES DEL ESTADO
Si bien es claro que Colombia vive en medio de la democracia, no se entiende porque los gobiernos recientes y algunas instituciones del Estado, han impuesto restricciones a los medios de comunicación y al ejercicio periodístico. Con el argumento de los estados de excepción, la prensa ha sido históricamente restringida, pero hoy en día, no hacen falta estos estados y las restricciones ahora son abiertas y descaradas.

Ningún noticiero puede transmitir entrevistas a guerrilleros. No se puede transmitir en directo alguno episodios. Hay que darle espacio a todos los candidatos por encima del criterio periodístico y de noticia. Se restringe el ingreso de los periodistas a entidades PUBLICAS. Se negocian los puestos de los periodistas en los medios y se negocian sus salidas. Se condicionan los contenidos de los programas de televisión y radio. Se ponen tutelas y demandas para limitar el libre ejercicio periodístico. Se presentan proyectos en el congreso para coartar la libertad de expresión. Se presiona a los medios y periodistas que critican a los gobiernos. Se permite el control de los gobernadores y alcaldes sobre los canales de televisión regionales. Se sataniza a los periodistas opositores al poder.

Estas prácticas son solo vistas en países con dictaduras y no es entendible que pase en un país que supuestamente es democrático y que ha ido perpetuando sistemáticamente estas restricciones con casos que fueron aberrantes en el gobierno Pastrana y que quedaron impuestas como todas aquellas medidas "temporales" que se han inventado.

El acceso de un periodista independiente al cubrimiento de informaciones gubernamentales o estatales, es imposible si éste no tiene un carné que lo acredite como trabajador de un medio. El periodismo independiente no tiene cabida en el Estado colombiano. Tiene, ese periodista independiente, convertirse en empresario o alienarse con las empresas periodísticas existentes que lo acrediten.

Cuando el periodista pertenece a un medio, este tiene que ser acreditado por el mismo medio a través de formalismos que son igualmente restricciones al libre acceso de lo público. Esto significa que las entidades de Gobierno y Estatales controlan desde el ingreso hasta los movimientos del periodista dentro de sus instalaciones y restringiendo el acceso a las fuentes directas.

Ha tomado carrera dentro del sector público, la palabra "privado", documentos públicos de carácter privado que no pueden ser vistos por los periodistas. Se ha llegado al colmo que una entidad estatal habla de "filtración" cuando un documento público llega a manos de la prensa.

Esta dinámica ilógica tiene su principal asiento en el mismo palacio de Nariño, en donde los periodistas acreditados, no pueden ingresar teléfonos móviles y sólo pueden comunicarse al exterior a través de los teléfonos de la presidencia que, por seguridad nacional, están intervenidos.

Igualmente, la Presidencia de la República, ha destinado que las imágenes de reuniones y algunos actos presidenciales, solo puedan ser grabados por la cámara oficial de la presidencia y sus imágenes distribuidas como versión única y oficial a los periodistas. Esto ocurre igual con los audios para la radio y los boletines para la prensa.

Esta práctica antidemocrática se ha multiplicado como regla en todas las entidades del Estado y de Gobierno. Los colombianos se han acostumbrado a ver las imágenes de la destrucción de laboratorios de coca o recates de secuestrados, a través de las imágenes grabadas por las cámaras del Gaula, la Dijín, el CTI, Antinarcóticos, Ejército entre otros, sin que el periodista pueda estar presente y verificar que el procedimiento no afectó poblaciones, derechos humanos o si se cometieron excesos. Los medios entonces solo publican los resultados exitosos y no media ningún testigo mas que su actuación en versión manipulada.

Pero lo grave es que esto es política tácita de Estado y el que diga algo en contra, es satanizado y calificado de antigobiernista, antidemocrático y revolucionario. La verdad es hoy en día una y esta es la entregada en versión oficial del Gobierno y del Estado y no existe ninguna otra.

Esto ha hecho, que sea en muy pocas oportunidades, que el periodismo colombiano pueda desvelar la verdad, como en el caso de los desmanes y torturas recientes en el ejército, y que algún periodista se atreva a cuestionar las versiones oficiales totalmente manipuladas.

Esto, entre otras cosas, explica porque no se da un verdadero y eficaz periodismo investigativo en Colombia. Las pocas unidades que existen hacen esfuerzos incalculables por lograrlo. Trabajan con tesón y son mas los enemigos y trabas que adquieren en el proceso, que lo que pueden hacer. Así y todo, logran algo y por lo general, sus resultados escandalizan al país.

Esta regla de restricción abierta a la prensa, se da además cuando el Estado delega a las fuerzas de seguridad para que no permitan la movilización libre y a cambio ofrecen llevar periodistas en sus helicópteros hasta sitios, bajo la extrema vigilancia y con el control de un tour turístico, en donde solo le muestran al periodista lo que a ellos les conviene. Periodista que se salga de esta regla o que diga lo que no les conviene, no vuelve a ser invitado.

De este modo vemos como la crisis del periodismo tiene diversas causas que se suman y que hacen que a 60 años del Círculo de Periodistas de Bogotá, tengamos que preguntarnos realmente si ¿la libertad de prensa en Colombia existe?, ¿porqué la dignidad del periodista es pisoteada? y si ?los derechos de los periodistas serán alguna vez respetados?.