Muchas cosas se han dicho en los últimos días sobre la decisión del presidente de la república, Alvaro Uribe, de liberar un alto número de guerrilleros de las Farc que están presos en diferentes cárceles del país. Esta decisión no solo es audaz sino que es el producto de negociaciones secretas que el gobierno viene desarrollando desde hace varios meses.

Si bien es cierto que en el primer mandato el presidente ofreció mano fuerte, también lo es que en este segundo abrió su mano a buscar acercamientos y cambió su posición frente a la política de acercamientos para lograr la liberación de los secuestrados.

Mucho de este cambio de política ha sido motivado por la comunidad internacional que lo ha llevado a hacer movimientos políticos importantes dentro de los asesores del gobierno y la puesta en marcha de una clara política de no discutir los procesos de paz o posibles negociaciones a través de los medios de comunicación; por lo que las instrucciones dadas al alto comisionado fue evitar filtraciones de las conversaciones que se llevan a cabo y no dar detalles a la prensa. Es este el motivo por lo que todos estas noticias parecieran mas rumor que hechos y tomen por sorpresa a la sociedad informada a través de los medios.

Pero esto tiene historia. Hace mas de dos años comenzaron los coqueteos entre Gobierno y Farc y desde entonces se ha hablado del despeje de varias poblaciones en el departamento del Valle, pero estas se han visto frustradas en hechos, pero no en los acercamientos, reuniones y conversaciones de negociación secretas que se vienen desarrollando y que si bien no avanzan en una negociación de paz, si intenta lograr un intercambio de secuestrados.

En las mas recientes solicitudes, las Farc le han pedido al Gobierno que libere a 500 de sus hombres retenidos en las cárceles y entre ellos a varios cabecillas y que tras esta muestra podrían ser liberados los policías y militares, los ex diputados y algunos políticos retenidos en las selvas. La condición de las Farc es que el paso lo debe dar el Gobierno a muestra de voluntad y seriedad del intercambio.

Ahora solo resta que las Farc no le hagan "conejo" otra vez al Gobierno y cumplan su palabra, mas que las Farc han exigido a última hora que se libere a su canciller Rodrigo Granda quien encabezaría la lista. De esta negociación secreta no han sido notificados los guerrilleros a ser liberados que se encuentran en la lista y que no es caprichosa, sino concertada con las Farc. El Gobierno se tomó su tiempo para analizar los casos particulares y la situación jurídica de cada uno de estos para ver que no tengan problemas para ser liberados y encontró que de los 500 solo podrían ser liberados algo mas de 200 guerrilleros.

Finalmente, el tiempo apremia. Las Farc y el Gobierno se han puesto fechas concretas en el cronograma en el que ninguno quiere señalamiento de dilaciones. Antes de la tercera semana de junio se deben haber dado las liberaciones de los guerrilleros que serían llevados a un lugar seguro y declarado neutral al que han denominado Zona Segura y donde se procederá a dar paso a la primera parte de este intercambio. En estas negociaciones han participado varios veedores nacionales e internacionales provenientes de los países de garantes que apoyan en este tema al país.