En medio de las marchas del sector educativo que se vienen dando en Colombia, de los paros estudiantiles colectivos, de la cancelación de los semestres académicos en las universidades, se ha dado una toma paralela de mas de 60 colegios en Bogotá.

Si bien las protestas y todo este movimiento organizativo ha sido motivado por la reforma a la ley de transferencias a la educación que se discute en el congreso por iniciativa del Gobierno Nacional, esta apenas está en trámite y no es un hecho todavía que se hagan los recortes y a la fecha los municipios han recibido lo que les corresponde.

Los 60 colegios tomados por los estudiantes en Bogotá, fueron ocupados aprovechando el movimiento masivo del sector educativo, pero no para protestar por las transferencias sino que estos estudiantes protestan por el mal estado de los colegios y escuelas bogotanas cuya inversión -con transferencias no recortadas todavía- ha sido mínima y que tiene las instalaciones de estos centros educativos en precarias condiciones.

Los colegios de Bogotá son responsabilidad del Alcalde y no del Presidente de la República. Dejemos el show en el que se pretende tapar la responsabilidad. No estoy de acuerdo con el recorte a las transferencias y apoyo el movimiento estudiantil. No estoy de acuerdo con la política del Gobierno Nacional en materia educativa, pero tampoco me parece justo que el alcalde Lucho Garzón, se escude en algo que todavía no ha ocurrido como lo es el recorte, para justificar la ausencia de su administración.

El alcalde Garzón que ha avalado las marchas y las tomas pacíficas está responsabilizando al Gobierno Nacional por sus faltas y ausencias. Una definición de justicia es darle a cada cual lo que se merece y no es entonces hora que Garzón tenga lo suyo. Que se haga responsable, que le de la cara a los estudiantes en los colegios y que les explique porqué en su mandato local no ha invertido en los colegios de Bogotá.