Por: José Ignacio Penagos H.

No quedan más palabras que la de repetir a los violadores que no valen acciones de tutela para evitar el escarmiento público a sus desfachatados actos. Los violadores tienen que pagar con creces por sus delitos y sus fotografías publicadas en las vallas publicitarias en los sitios mas concurridos de las ciudades colombianas.

Las víctimas no contemplaron misericordia alguna de sus atacantes y fueron reducidos más ante su indefensión y vulnerados de manera abrupta y violenta. La mayoría de las víctimas, inocentes menores de edad, quedarán marcados psicológicamente de por vida y la justicia se queda corta en los castigos.

Cualquier escarmiento es poco para estos delincuentes enfermos y sus actos. Los violadores no merecen siquiera que las instituciones contemplen sus recursos y apelaciones, pero hay que respetar las leyes y garantizar el estado de derecho y en medio de esto, ratificar todas las sentencias ya que no se pueden aumentar.

El país tiene que ser solidario con las víctimas de los violadores y debe recordar sus caras para que no se repitan estas historias. De todos los delitos este es quizás uno de los mas crueles pues se ejecuta contra personas indefensas, la mayoría niños y niñas muchos de ellos de solo meses de nacidos.

La sociedad espera ver sus caras pronto y la seguridad que permanecerán el máximo del tiempo encerrados en las cárceles. Hay que rechazar acciones como la del Juez 54 que aceptó una tutela y apoyar la de la Juez que rechazó la misma acción a 6 violadores aduciendo que es la manera de resarcir a la sociedad el daño causado y por lo tanto deben aparecer en el "muro de la infamia".