Por: José Ignacio Penagos H.

No sorprende dentro de las ocurrencias del gobierno del presidente Hugo Chávez que ahora haya un cambio de hora como una de las medidas que tome dentro de sus ya largo mandato, lo que sorprende es que el cambio de hora no sea entera sino de sólo 30 minutos, alterando la convención mundial del uso horario establecido por la mayoría de los países.

La hora mundialmente reconocida parte de la hora cero marcada por la línea en semicírculo imaginario de Greenwich, que une los polos norte y sur y que toma su nombre al pasar por la ciudad londinense del mismo nombre. De esta hora, cada país por su ubicación geográfica y de acuerdo con su latitud, grados, minutos y segundos; suscribe una hora de distancia con el meridiano de Greenewch marcada por el tiempo solar.

De acuerdo con las medidas locales del momento en que el sol logra estar sobre el meridiano y entendido como medio día, los expertos dividen el día en 24 partes iguales que equivalen a las 24 horas. En este sentido, cada país se aproxima a una hora de separación -o a varias de acuerdo a sus extensión- para fijar su hora oficial en distancia con el meridiano Cero.

La hora en muchos países del mundo sufre constantes cambios de acuerdo a las posiciones de la tierra ante el sol y es común hablar de la hora de invierno y de verano en los países que tienen estaciones y estos cambios se dan de manera fija cada cierto tiempo. Algunos países han cambiado la hora por motivos de fuerza mayor en el ahorro de consumo de energía y agua, por ejemplo, como en el caso de Colombia en 1991 cuando ante el efecto de sequía del fenómeno del Niño, los embalses se vieron fuertemente disminuidos.

En aquella oportunidad, el presidente César Gaviria Trujillo cambió la hora entera para que los colombianos despertaran con la luz del día y no utilizaran el recurso eléctrico ante la baja capacidad de producción eléctrica de los embales. Esta medida fue provisional y una vez recuperada la capacidad de producción se retornó a la hora original, nuevamente entera.

Pero el caso venezolano es diferente. En primer lugar desordena la lectura horaria de ese país con respecto al mundo al ser en fracción de hora por 30 minutos, lo que supone confusión en aeropuertos del mundo frente a ese país, fijación de hora para hechos noticiosos, en las telecomunicaciones respecto a los satélites para el envío y recibo de señal entre otros efectos globalizados de esta convención de la hora "exacta".La preocupación máxima la ha manifestado por estos hechos, la ha manifestado en Venezuela El Instituto Nacional de Aviación Civil. El cambiar la hora media pone a Venezuela en el conjunto de los países raros del planeta.

En segundo lugar, es una medida populista que según defiende su ministro de Ciencia y Tecnología, Héctor Navarro, generaría impactos positivos en la productividad de los ciudadanos que se levantarían con luz de día y no con la oscuridad de la noche. Dice el ministro que existen elementos que ayudarán al crecimiento de los niños, al desarrollo de la actividad intelectual y al mejor estar de los trabajadores que se sentirán mas cómodos despertando con luz de día.

En tercer lugar, es una mensaje de antiglobalización que pretende dar a conocer el gobierno venezolano y que se une a los pocos países que fraccionan su hora oficial: Irán, Afganistán, Birmania y Nepal, cuyas historias y conflictos políticos han sido de trascendencia mundial para con el resto del mundo.

Por lo pronto entre detractores y defensores, la hora se aplicará a partir de este mes de septiembre adelantando la medida que se esperaba para enero del 2008. Una vez mas, Chávez siembre el desorden en el concierto mundial y la nueva hora venezolana será entonces, -4:30 GMT; cinco horas y media de diferencia con España en verano y seis horas y media en invierno.