La voz de quienes no tienen voz, se queda sin voz

Los concejos municipales y quienes los integran, los humildes e indefensos concejales, son la voz de quienes no tienen voz. Estos hombres y mujeres que en el ejercicio de la democracia asumen el papel de representar a sus comunidades para mejorar la calidad de vida de los millones de personan que habitan este país, son ahora las voces cansadas que han tenido que cambiar su labor de debate y usar su voz para suplicar misericordia para que no los maten.
De repente, estas personas cuyas armas son la ley, el ejercicio de la política y la democracia y su voz para debatir civilizadamente en sus recintos, son ahora objetivos militares de las fuerzas ilegales desestabilizan a Colombia. Ellos, los concejales, inermes e indefensos han sido víctimas de amenazas, asesinatos, desplazamientos y torturas. Hasta ahora, todas estas desgracias, se habían registrado y entendidas por la opinión pública como hechos aislados y, en oportunidades, dejando un manto de duda de si los ataques a estos concejales eran directamente relacionados con su labor o por motivos personales.
La masacre realizada por las FARC en la municipalidad de Puerto RIco, departamento del Caquetá, mostró la verdad. Los concejales son objetivo militar.
En este episodio, la barbarie se apoderó del pueblo. El recinto del concejo, que por demás es el templo de la democracia local, fue profanado por subversivos que ingresaron fumigando -literalmente- con sus fusiles y arremetiendo contra la integridad personal de los concejales que debatían proyectos de importancia para el futuro de Puerto Rico.
Sin mediar palabra, los guerrlleros dispararon sin permitir reacción alguna por parte de la policía o de los escoltas del concejo o de los concejales. En la desesperación, algunos lograron escapar por las ventanas pero muchos de ellos quedaron presos de las balas. El resultado: 5 concejales y el secretario del concejo muertos y varios heridos.
Pero tristemente hubo que esperar que ocurriera esta masacre para que el país, el Estado, los medios y la opinión pública, dieran una mirada a la realidad de los concejales colombianos; y tristemente hay que reconocer que la actividad de concejal en este país es una labor de alto riesgo.
Son 12.243 concejales representantes de los 43 millones de colombianos en los mas de 1.100 municipios. La mayoría de ellos en los lugares mas apartados del país, sin acceso a pensiones, cesantías y en muchos casos ni siquiera a salud. Los concejales son lastimosamente, vistos por los colombianos como aquellos hombres de la política representados en los amplios y lujosos recintos de las grandes capitales en donde hasta carros blindados tienen. Esto no ocurre sino en Bogotá y escasamente en algunas ciudades capitales de departamento. La realidad es otra.
Un concejo municipal en promedio, tiene de presupuesto para operar en todo el año, menos de 20 millones de pesos, no tienen computadores, mesas ni sillas decentes. En muchos municipios los concejales se sesionan en salones de clases de algún colegio o en salones comunales sin sedes propias. La mayoría no posee computador y mucho menos conexión a Inernet.
Los concejales son personas del pueblo que trabajan por el pueblo y que viven en el pueblo y representan todos los estatos socioeconómicos. En el país, hay concejales que viven en casas de madera y cartón y que escasamente saben leer o escribir. El 53.7% de los concejales no cuentan con estudios de bachillerato y por su calidad de servidores públicos no pueden aplicar a programas de beneficios estatales.
Casos tan aberrantes como los ocurridos en Puerto Rico, recuerdan de la condición poco humana e incoherente de las FARC quienes dicen luchar por el pueblo pero matando al pueblo y a sus representantes indefensos.
Según la Federación Nacional de Concejos, en los últimos 5 años 211 concejales han sido asesinados hasta el 24 de mayo de 2005, se han registrado 23 atentados sin contar los desplazados y quienes renuncian por temor sin denunciar su condición de temor a las amenazas de sus familias.
Un concejo en colombia tiene 13 concejales dada la mayoría de muncipios pequeños existentes, esto significa que al 24 de mayo, habrían sido acabados mas de 16 concejos en el país por culpa de las balas.
Es importante rodear a la democracia y esto significa rodear las intituciones estatales de participación popular expresadas en el concejo municipal. Es hora de ayudar a que esa voz de los que no tienen voz, no se extinga y por el contrario se fortalezca. No se puede permitir que se repitan hechos como los que ocurrieron en Puerto Rico y que el temor se agrande entre los ciudadanos.
Analistas, estiman que el golpe de opinión generado en las pasadas elecciones a concejos, en donde se registró una renovación del 80% en los concejales del país, cuando tradicionalmente el nivel de renovación era antes del 25%, no es causa única de la reforma política y el voto preferente, sino del del temor de los concejales a hacerse reelegir por las amenazas y las condiciones críticas de violencia en los municipios apartados del país.
No permitamos que la voz de quienes no tienen voz se quede sin voz

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