He llegado hace una semana de un viaje lleno de contrastes y
contradicciones por varios países de Arica. Un continente tan mítico y bello como triste y pobre.
Países como Mauritania en el desierto del Sahara sobre el Atlántico, Kenia en el lado opuesto sobre el índico, Ruanda hacia el centro del continente y Congo en la misma región.
Algo realmente alucinante cuando uno ve que existe tal cantidad de paisajes
bellos y países tan miserables al tiempo.
Si algo me queda claro es que no puede mezclarse a los países africanos con
el nuestro en la misma bolsa del tercer mundo. Si Colombia es el Tercer
Mundo es porque los de África pertenecen a un quinto, sexto o décimo mundo.
De todos modos las contradicciones son radicales en el ejercicio del diario
vivir. Piensa en una Ruanda cultivada hasta en las orillas de las carreteras
pero muriéndose de hambre o en una Mauritania que te revela a plenitud la
extensión amarilla y blanca del desierto del Sahara pero todas sus ciudades
con apariencia absoluta de una Ciudad Bolívar en Bogotá con una cultura del
suelo en donde no sabes si los edificios, calles, casas y todo lo están
destruyendo o construyendo. O un Kenia de Safari y de animales salvajes con
resorts de lujo desde donde convives con los Elefantes, Cebras, Jirafas,
Leones y paisajes como el del Kilimanjaro, pero para llegar debiste haber
atravesado cientos de kilómetros de caminos de herradura y sorteando los
camiones varados, volteados y accidentados o a los nativos arrieros que
gastan hasta 2 meses para llevar el ganado desde sus fincas hasta la ciudad
para venderlos. Ese mismo Kenia en Nairobi con la sede de las Naciones
Unidas y las delegaciones diplomáticas fortificadas y la pobreza en las
calles y en los distritos generalizados de pobreza. Piensa en todo un viaje
al pasado en donde ves la carencia de acueducto, alcantarillado, luz e
infraestructuras, hospitales en toda parte y donde el medio de transporte es
el caminar. Todo el mundo camina y lleva sus cosas en la Cabeza. En Ruanda
el caso es dramático, tiene muy buena carreteras pero es además porque no
hay carros. La gente camina diariamente hasta 30 kilómetros para conseguir
agua y lleva los bultos de productos que cultiva en la cabeza hasta el
mercado caminando kilómetros.
Congo en un bunker lleno de paisajes y volcanes, se dice que su riqueza es
absoluta pero la gente muere de hambre porque están sitiados. Uganda ha
contaminado todo el lago victoria y vive realmente en condiciones de
inestabilidad ante el conflicto. En las calles se siente la presión que se
ejerce por el control del comercio de diamantes y suelen cerrarse las
fronteras constantemente. Kenia es inexplicablemente una isla de los
conflictos armados pero es el mas inseguro. Allí no puedes circular por
ninguna carretera después de las 6:30 de la tarde y no puedes salir al
centro de la ciudad si no es en taxi de hoteles.
En ninguno de estos países la esperanza de vida supera los 50 años y en
Ruanda es de 38.
No obstante el sol se ve grande e imponente y los atardeceres son como se
ven en las películas. Atardeceres rojos absolutos en donde el sol redondo se
ve plenamente filtrado por las nubes y por la distancia ocultándose antes
de entrar en contacto con el horizonte y generando unos contraluces que se
ven maravillosos sobre todo desde las aldeas de los Masai Mara quienes
tienen sus rituales y vestimentas inalterables en el paso del tiempo todo
porque no tienen mayor influencia externa pese a la cantidad de turismo. Lo
otro es que sus carencias son tan absolutas que lo único que les queda es la
cultura.
Los Masai Mara aun encienden el fuego con palitos que se frotan
energicamente contra una tabla calentando la paja. Se dedican al pastoreo y
vive en aldeas de barro y paja. En Mauritania, en el Sahara, la estructura
social es de pueblos y tribus de moros blancos y negros nómadas que divagan
por el desierto con sus camellos instalando las Haimas para pasar las
noches y rodeados de sus esclavos que todavía existen.