Por: José Ignacio Penagos H.

Ante la revelación hecha por el periodista Lázaro Vivero quien entrevistó al dirigente guerrillero Raúl Reyes, no sorprende que descalifiquen la mediación del recién liberado Rodrigo Granda y persistan en el despeje de los municipios de Florida y Pradera en el Valle.

Es claro que la estrategia de las Farc desde su pasada convención general y reafirmada en reunión por medios electrónicos con los jefes de bloques a comienzos de año, necesita que se desmilitarice esta zona para poder lograr crear el corredor libre hacia el pacífico para afianzar la ruta de salida de la cocaína por el pacífico.

Esta zona es la única que le falta dentro del plan de movilización que además les permitiría ingresar al país una gran cantidad de armas que tienen represadas hace años y que no han podido entrar al país armas para la dotación de sus tropas.

No es interés de las Farc realizar un intercambio humanitario y sí utilizar a los secuestrados como artículos de cambio y presión para lograr objetivos de estrategia militar, desconociendo el DIH. Con esta actitud, previsible por demás, el grupo subversivo busca ocupar un territorio que militarmente no ha podido conquistar.

En este sentido la pregunta es si el presidente Uribe tiene un Az bajo la manga que no ha destapado tras la liberación de Granda, pues se veía venir la descalificación mediadora de éste, desde el mismo día en que el Canciller de las Farc dejaba en manos del Secretariado su destino.

Se sabe que el presidente Uribe viene realizando negociaciones secretas con las Farc desde hace meses y que muchas de sus inexplicables acciones son requisitos del grupo guerrillero que no se pueden explicar de manera lógica ante la opinión pública. Veremos que es lo que sale de estas acciones no entendibles por parte del Gobierno y de los rechazos públicos de las Farc y que se aclare abiertamente el papel que juegan los países amigos a la negociación, entre ellos Francia.