Por: José Ignacio Penagos H.
"No contaban con mi astucia". Esta debe ser la expresión que el presidente Álvaro Uribe Vélez debe estar tomando prestada del antiguo Chapulín Colorado tras su llamada telefónica a la convención del partido Cambio Radical, en donde el senador, amigo y guía del partido, el uribista Germán Vargas Lleras, presentaba a los candidatos a alcaldías y gobernaciones en todo el país con miras a las elecciones democráticas locales que se desarrollarán en octubre.

Uribe sin comprometerse y de manera astuta, saludó uno a uno a los candidatos y les adelantaba noticias del Gobierno Nacional sobre cada región en donde les decía que les esperaba en caso de resultar ganadores.

Esto ha generado un fuerte debate nacional sobre si el presidente ha transgredido la ley al participar indebidamente en política, dejando posiciones encontradas en todos los sectores, políticos, exprocuradores, abogados y observadores de la situación nacional sin que alguno llegue a una conclusión clara mas que a posiciones apasionadas de quererlo ver de una u otra manera frente a su sí o su no.

Y es que el Uribe fue astuto hasta no mas decir. En primer lugar, se supone que el presidente al ser el jéfe de estado que comparte la responsabilidad de ser jefe de gobierno en el país, tiene la potestad para participar en política bajo unas reglas claras. Lo mas astuto es que revisando las grabaciones de sus saludos y palabras, el presidente no se compromete políticamente con ninguno y no da guiño de favoritismo que ponga en desventaja a ningún contrincante de otros partidos, pues sus palabras bien pudieron decirse en cualquier rueda de prensa o espacio público o a cualquier candidato, pues no compromete o condiciona el triunfo de los candidatos a una ejecución del gobierno.

Lo único que pudiera ser criticable entonces puede ser sólo el hecho de llamar y de esto no hay regla que lo prohíba además, en años pasados, esta misma llamada se había realizado a la convención de ese partido sin que se generara polémica.

Y es que la astucia va a mayores porque con el escándalo generado, lo que podía pasar sin publicidad como una simple llamada sin mostrar públicamente las preferencias presidenciales, pasa a ser conocido por toda la población haciendo eco de esas preferencias. Esto es una excelente maniobra de estrategia política para que sea la misma oposición la que se encargue de decir a quien apoya el presidente y a quien deben votar los electores.

El escándalo que pretende hacer la oposición al gobierno es un "hara kiri" porque se está encargando de contarle al país con quien quiere gobernar el gobierno mas popular de los últimos tiempos.

Tanto el Polo Democrático como el Partido Liberal, volvieron a caer en el juego de hacerle publicidad al presidente y al uribismo. Lamento que la oposición de mi país sea tan torpe de no ver como es utilizado para los fines, pues jurídicamente este acto presidencial no tiene argumentos que lo incriminen. Bien podría el presidente hacer ese mismo saludo a los candidatos de la oposición llamando a sus convenciones o a través de los medios diciendo las mismas palabras y no pasaría nada.

Así que en realidad Uribe debe estar saltando como el Chapulín diciendo No Contaban con Mi Astucia.