Comercio ilegal de personas tiene como objetivo a niños
Publicadas por José Ignacio Penagos Hincapié a la(s) 6:57 a. m.Por: José Ignacio Penagos H.
Pese a que la esclavitud está abolida de manera oficial en la mayoría de los países del mundo, ésta continua siendo parte de la cotidianidad en infinidad de prácticas de las cuales algunas se ven como normales dentro de un comercio de oferta y demanda de personas que se compran y se venden como en el caso del fútbol; pero otras corren con suertes cercanas a la fatalidad en un comercio ilegal de seres humanos que alimentan mafias en todo el planeta.
De este negocio que vulnera no sólo la dignidad sino que pasa a ser realmente inhumano y cruel se dividen dos vertientes cual de ellas peor. Una la llamada la "trata de blancas" cuyos motores están en Italia, Japón, Holanda, España y el bloque asiático con centro en Singapur y Taiwan.
Estas redes alimentan, de manera ilegal y con engaños, falsas promesas de trabajo en las élites del modelaje de esbeltas y jóvenes mujeres latinoamericanas que son convertidas en prostitutas y esclavas sexuales a quienes encierran bajo amenazas de muerte, luego de retener sus pasaportes y extorsionarlas con altas sumas de dinero que deben pagar por los gastos ocasionados en su traslado hasta esa "nueva vida". Muchas de ellas son conducidas por los caminos de la droga y amenazadas con delatarlas ante autoridades de los países destino como ilegales, drogadictas y prostitutas, quedando encarceladas en la espiral creada por las mafias. Tal vez este negocio es el más conocido y ventilado en las páginas de los periódicos y telediarios del mundo.
La otra vertiente menos conocida y de mayor crueldad es una modalidad de tráfico y comercio humano cuya tapadera está enmarcada, de manera paradójica, en actos humanitarios y de buena fé: Las adopciones de niños menores.
El negocio que a la luz pareciera estar, por demás, legislado y establecido en acuerdos internacionales y que tan de moda se ha puesto en Europa y los países con bajos índices de natalidad y que suple la necesidad de conformación de familias a aquellas parejas que, por desgracia, no pueden tener hijos; es un flagelo que tiene doble fondo y cuyas mafias terminan siendo difíciles de detectar por escudarse tras agencias prestigiosas de adopción.
Si bien es cierto que los niños sin padres tienen derecho a una familia y que es una opción para quienes no tienen hijos, también es cierto que se abrió un mercado alterno que dista de la moral y que incentiva la búsqueda de niños "por demanda" sobre todo en países de América Latina.
España es uno de los receptores de estos niños que no son aquellos desamparados que permanecen en agencias de adopción, sino que son raptados en las calles de los brazos de sus padres para luego ser vendidos como si fueran niños desamparados.
La llaga está abierta con el caso del robo de la niña Madeleine de un hotel en Portugal y ha sido amplificado por todos los medios de comunicación el dolor de sus padres a quienes les fue arrebatada la pequeña Madeleine; pero los medios de comunicación no reproducen el dolor de esas miles de familias latinoamericanas cuyos hijos son "desaparecidos" y vendidos al mercado internacional. Muchos de los niños son sacados de sus países de origen hacia países cercanos y registrados como abandonados en esos otros lugares en donde las mafias emplean las agencias legales y hacia donde conducen a los extranjeros que buscan un niño.
Lo triste de esto es que los niños se venden y se consiguen como quien compra un coche. La familia adoptante dice que quiere: edad, color de ojos, tez de piel, color de pelo y de esa manera buscan el niño "tuneado" de acuerdo a la demanda. Otros actúan en los mismos países bajo la complicidad de las agencias de adopción y funcionarios públicos. Lo cierto es que el costo económico de las adopciones son tan altos que, aun siendo legal, permiten este tipo de corrupción.
Para los europeos que buscan adopciones de niños lo más parecidos a su fisionomía, los países objetivos son Colombia, El Salvador, Costa Rica y Venezuela. Muchos de estos niños terminan abriendo huecos en familias de estos países para llenar los de estas nuevas familias, muchas de las cuales, son inocentes del cómo se desarrolló el trámite.
Muchos de estos niños robados a sus familias también terminan en manos de mafias en el mundo que los utilizan para trabajos forzados, para entrega de drogas, como sirvientes en familias adineradas y sin escrúpulos, como escudos humanos en grupos terroristas o guerrillas, para trabajos forzados en minas, en el negocio de la mendicidad en calles de países industrializados o en manos de pederastas que abusan sexualmente de ellos y los utilizan para el negocio de la pornografía.
Pero este otro negocio de tráfico humano no se conoce, poco se denuncia y por consiguiente, poco sabe las sociedades de este fenómeno que va en exponencial crecimiento. Se fija en este blog una entera posición de rechazo a estas prácticas y se pide a los lectores y a las autoridades y estados, fijar dentro de sus prioridades el tratar de evitar estas prácticas que tienden a descomponer las sociedades y va en contravía de las tendencias de humanización que debe caracterizar nuestra civilización.