Por: José Ignacio Penagos H.

No existe ninguna justificación para que las guerrillas de izquierda como las Farc y de derechas como las AUC, existan y siembren la muerte a lo largo del territorio nacional. No existe ninguna explicación para que continúen con una guerra que sume a un próspero país en una guerra injustificada que sólo capitalizan los que hacen del conflicto un negocio. Entre tanto, quienes la padecen, quienes mueren y quienes sufren, son los ciudadanos que nada tienen que ver en el enfrentamiento.

Las víctimas de la violencia y el terrorismo desplegado sin compasión por Farc, Eln y Autodefensas, no tienen esperanza y a cambio cada día se suman mas colombianos de bien, a las filas del abuso. Son miles de historias que entre lágrimas son contadas por quienes sobrevivieron a la demencia de estos grupos terroristas y que vieron morir a sus hijos, padres, hermanos, esposos. La mayoría de estos sobrevivientes son mujeres que quedaron huérfanas, viudas o solas. Estas víctimas permanecen en la sombra sin que exista siquiera un indicio de una verdadera reparación a las injusticias de las que fueron víctimas. Todas ellas estuvieron en el recinto del Congreso de la República de Colombia ante los oídos sordos de los senadores.

Mientras las historias y testimonios eran contados, los senadores sin reparo fueron abandonando poco a poco el recinto. Pocos senadores permanecieron. Una muestra más de la insensibilidad de quienes tienen que legislar para que esta guerra acabe o para que estas víctimas puedan ser ayudadas.

Las guerrillas de las Farc y del Eln desde la izquierda han sembrado el caos y los llamados paramilitares, las Autodefensas Unidas de Colombia AUC, dicen haber nacido para combatir desde la derecha, los abusos de las guerrillas de izquierda bajo el precepto de que el fuego se combate con fuego. Nada mas lejos de la realidad, si ya la enfermedad es mala, esta medicina resultó peor que la enfermedad. Cual de estas guerrillas mas crueles y despiadadas, cual de estas guerrillas mas vil e inhumana. Las guerrillas de los dos lados son mercenarios y parásitos que se alimentan de la sangre de los colombianos inocentes, de la población civil que nada tienen que ver con sus estúpidos ideales y que solo dejan dolor y del sufrimiento en las familias sobrevivientes y que pasan a ser tan víctimas como a quienes asesinan y desaparecen.

La guerrilla de las Farc y el Eln se fueron especializando en actos terroristas masivas que sin discriminación atacaron pueblos y poblados destruyendo con sus bombas escuelas, iglesias, hospitales y barrios completos y con ellas matando a sus habitantes y secuestrando a quienes sobrevivían. Las AUC en su fatalista recorrido de búsqueda de guerrilleros de izquierda sembraron la muerte tras ver fantasmas marxistas en cualquier persona que tuviera trabajo comunitario, realizando multitud de asesinatos selectivos equivocados con la mayor crueldad conocida. Asesinaron a sus víctimas tras torturarlas y descuartizarlas para luego enterrarlas en fosas comunes o desaparecerlas lanzándolas a los ríos o a los animales depredadores.

En la memoria de algunos reporteros que denunciaban el conflicto, como el caso de este servidor, están las crueles imágenes del Río Atrato por donde bajaban sobre el agua los cuerpos decapitados con una cinta blanca en el brazo que era la marca de autor de las AUC y que impedía que fueran recuperados, pues quien recuperara el cuerpo del agua para darle santa sepultura, firmaba también su sentencia de muerte. O aquellas imágenes de los coche bombas de las Farc que derribaron edificios como el Club el Nogal en Bogotá en donde murieron cientos de personas e incluso los famosos paros armados que suelen realizar en las carreteras que conectan a los pueblos en puertas de la selva, impidiendo que los ciudadanos pudieran transportarse pues instaban bombas y minas sobre la carretera obligando a los ciudadanos a esconderse bajo los coches y acostarse boca a bajo sobre el asfalto, mientras las balas disparadas pasaban por encima de nuestras cabezas.

Las guerrillas de izquierdas y de derechas son iguales, son ante todo inhumanas y absurdas que abandonaron sus ideologías y ahora ven por el narcotráfico. Las de las Farc tienen más de 3 mil secuestrados de los cuales 56 son secuestros políticos, el resto son extorsivos. Las Farc manejan el 70 por ciento del narcotráfico proveniente de Colombia y es actualmente la más cruel e insensata.

El Eln pese a estar en pre diálogos de paz en Cuba con el Gobierno, continúa extorsionando y sembrando minas en zonas de alto flujo de ciudadanos en campos, zonas de cultivo y campos deportivos de escuelas. Continúan deteriorando el medio ambiente provocando el derrame de petróleo sobre ríos y parques naturales por donde pasan los oleoductos, matando con su acción fauna y flora nativa. Ya en una de esos atentados contra oleoductos, provocaron un incendio de grandes proporciones que prácticamente borró un barrio incinerando a decenas de personas que dormían.

Las Autodefensas AUC o llamados paramilitares, pese a su desmovilización y cuyos cabecillas están en las cárceles colombianas, no dicen la verdad de sus crímenes, se burlan de los familiares de las víctimas y amenazan con rearmar a sus hombres. De hecho se ven actos de rearme en algunas partes del país con actos que llevan su firma. Muchos de los narcotraficantes se hicieron pasar por miembros de las AUC para acogerse a beneficios de ley con su desmovilización y evitar se extraditados a los Estados Unidos en un evidente nexo de paramilitares con el narcotráfico.

Por lo pronto los familiares de las víctimas de todos estos actos terroristas claman por justicia, claman por que cese la violencia, claman por que sean escuchados y porque tanto las guerrillas, la comunidad internacional como los sordos políticos y gobiernos, locales y nacional colombianos, tengan en cuenta sus súplicas.