Crisis Colombia - Venezuela, estrategia de campaña.

Por: José Ignacio Penagos H.

El presidente de Venezuela Hugo Chávez ahora se enfrenta a Colombia y hace que sean tensas las relaciones para ocultar la problemática a una semana y unos días para el referendo que lo posicionaría como un presidente de reelección indefinida. El dictador venezolano ahora se enfrenta con su homólogo Álvaro Uribe tras encontrar una nueva disculpa para tejer su ya acostumbrada cortina de humo. Cuando no es Estados Unidos, es España y ahora Colombia. Poner en entredicho las relaciones internacionales de su país, es la fórmula ganadora para la tapadera.

El problema es que su jugada acostumbrada puede costarle más que palabras e insultos a Chávez. Su juego de hacerse el payaso que puede insultar y boicotear la dignidad de los países contra los que se enfrenta a insultos contra mandatarios y formas de gobernar, puede tener menos tolerancia por parte de Colombia, cuyos ciudadanos han tenido que soportar los ecos de sus polémicas decisiones como cierres constantes e injustificados a la frontera, restricciones abruptas de los intercambios comerciales, insultos permanentes, detenciones ilegales de colombianos en territorio venezolano, acusaciones contra miembros del gobierno, como el caso del Ministro Juan Manuel Santos o de varios Generales de la República como autores sobre imaginarios atentados en su contra.

Chávez ha colmado la paciencia de su vecino país, que por demás, es el principal socio comercial y arriesga -nuevamente- la estabilidad económica de los dos países aprovechando el tema del intercambio humanitario tras el cese de su mediación por parte de Álvaro Uribe. La actuación de Hugo Chávez es otra vez de libreto preparado para lo que se toma unos días. Pasó con el caso del Rey de España cuando éste en uso de su derecho le pidió que se callara. En esa oportunidad Chávez dijo no haber escuchado al Rey sin atacar en el momento y tardó unos días para enfatizar en su ataque por espacio de dos semanas mientras se escondía ante la opinión pública internacional la grave situación de las manifestaciones estudiantiles en las calles venezolanas.

El libreto se repite. En este caso comenzó la semana pasada tras el momento en que el presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez le cesó en su encargo de mediador con la guerrilla y grupo terrorista de las Farc de las que Chávez es fiel amigo. En el momento, el presidente venezolano dijo que respetaba la decisión y que comprendía a Uribe. Se tomó unos días para comenzar su ataque que va creciendo en insultos y reclamos. En los dos casos las amenazas de Chávez han sido encaminadas a decir que las relaciones bilaterales se afectarán. En el caso de España dijo poner entre ojos las inversiones españolas, en el caso colombiano igual aparte de desafiar al gobierno colombiano insistiendo en que seguirá mediando sin la aprobación del gobierno de Colombia. En este caso, Chávez pretende ocultar ante la comunidad internacional y la opinión pública las cifras reveladoras sobre el desacuerdo venezolano superior al 60% que votarían por el no en el referendo.

La campaña también va encaminada a despistar a la misma opinión pública venezolana a quienes pretende poner en contra de Colombia al afirmar que el episodio sobre su mediación con las Farc es una traición, una falta de confianza y una ofensa al pueblo venezolano. Que se sepa, en la mediación no tenía nada que ver el pueblo venezolano, pero ese es el estilo propagandístico de Chávez.

Lo cierto es que el presidente venezolano es un experto en enredar la pita al punto que cuando desde Colombia se emite un comunicado aclarando la situación, el mismo Chávez sale a tildarlo de mentiroso y a continuar ofendiendo a Colombia, al presidente Uribe, al Alto Comisionado de Paz a quien acusó de ser el Alto Comisionado de la Guerra. Pero en Colombia al día del domingo, la paciencia se estaba acabando y los grandes titulares de los periódicos, los mismos noticieros de televisión, los programas de participación ciudadana, daban cuenta de rechazo absoluto a Chávez. La indisposición y malestar colombiano llegó a tope en la noche del domingo, cuando canales de televisión públicos, privados, mixtos, regionales y comunitarios se enlazaron voluntariamente para retransmitir las palabras el presidente Uribe en el que sentaba los parámetros con los que continuarán las relaciones con el vecino país.

Los sectores económicos a través de algunos voceros ya no creen en las amenazas de Chávez y creen que no se verán lesionadas las relaciones comerciales, pero sí las políticas mientras respaldan la posición de Uribe. No obstante habrá que ver como reaccionan los mercados y los indicadores financieros y bursátiles durante el lunes, el martes y hasta el miércoles para conocer la verdadera repercusión de este episodio. Los analistas coinciden en afirmar que todo esto pasará como un vendaval mientras llega el día del referendo venezolano del que creen está manipulado. Para estos analistas, este episodio es parte de la campaña y el presidente Uribe debe distanciarse para no hacerle el juego de la estrategia de campaña de Chávez que actúa como un oportunista.

Lo cierto es que Chávez no es querido hoy en Colombia y cada día hay más apatía a su nombre y figura y lastimosamente muchos confunden a Chávez con el pueblo venezolano que en realidad es víctima de un mandatario no digno para tan valioso y apasionante país. Chávez está alcanzando que el odio mundial transmitido a su nombre sea redireccionando a su territorio. Esto pone en riesgo que el venezolano de a pié no se le tome en serio gracias al mago de Chávez.

La pregunta es si esto conviene a Latinoamérica, si esto contribuye al desarrollo de pueblos que lo merecen, si esto no afecta la imagen de confianza en todo el bloque latinoamericano que el mundo comienza a ver como una serie de países estilo "Banana Republic" cuyos mandatarios no están a la altura de sus cargos. Personas que convierten la seria y responsable política en un circo risible, irresponsable, falto de seriedad ejecutado por locos populistas que no han terminado bien. Lo peor es que la lista es larga: Noriega en Panamá, Bucarám en Ecuador, Fujimori en Perú, Evo Morales en Bolivia y Chávez en Venezuela.

Latinoamérica está en mora de recuperar su credibilidad, su grandeza, su importancia y es ahora necesario del apoyo para rechazar que políticos corruptos, populistas, vendidos a intereses e irracionales controlen el futuro de tan grandes naciones. Esperemos que en Colombia se sepa manejar esta situación y sus políticos -que tampoco se escapan de esta visión crítica- respondan a la situación actual con altura logrando que el ciudadano no sea el que pague los platos rotos.

Transcripción de la declaración del presidente Álvaro Uribe:

"La verdad, Presidente Chávez, es que el pueblo de Colombia tiene todo el derecho de derrotar el terrorismo, tiene todo el derecho a aceptar mediaciones, pero no mediaciones que busquen el protagonismo político, el enseñoramiento político del terrorismo".

"Me preocupa mucho que usted, afanado por pretensiones electorales, ahora trate de apelar al viejo truco de estimular en Venezuela odio contra Colombia y contra el Gobierno de Colombia, para buscar su favorecimiento electoral".

"La verdad, Presidente Chávez, es que los antecedentes de mi Gobierno muestran que en nuestra difícil lucha contra el terrorismo hemos sido respetuosos de todos los Gobiernos y de todos los países del mundo".

"Apelo a la reflexión, a la conciencia del pueblo de Venezuela para examinar este tema. Mientras un Gobierno no es capaz de censurar a las Farc, sí censura injustamente al Gobierno de Colombia y la contradicción es que el Gobierno de Colombia, enfrentado a los terroristas, jamás, jamás ha irrespetado al Gobierno de Venezuela ni al pueblo de Venezuela".

"La verdad, Presidente Chávez, es que el comunicado de ayer es sustentado por nuestros antecedentes, por nuestros hechos y tiene testigos".

"La verdad, Presidente Chávez, es que en cada momento se conocen nuevos elementos. Nuestro Cónsul en los Estados Unidos, que acompañó a la senadora Córdoba (Piedad) a la reunión con uno de los presos pertenecientes a las Farc que por narcotráfico están en cárceles de los Estados Unidos, nuestro Cónsul nos ha informado que la senadora Córdoba habló con el preso de las Farc de política, está bien; de la posibilidad de una constituyente en Colombia, está bien. Todo eso es respetable, así no estemos de acuerdo. Pero la senadora también habló de la necesidad de un Gobierno de transición en Colombia".

"La verdad, Presidente Chávez, es que eso nos da el derecho a los colombianos a interpretar que en la mediación, a la cual lo invitó usted la senadora Piedad Córdoba, de acuerdo con las actitudes de la senadora y con estos comentarios, estaba más interesada, esa mediación, en posibilitar un Gobierno con influencia del terrorismo en Colombia, que en ayudarnos a superar la tragedia de los secuestrados y a conseguir la paz".

"Desde Calamar (Bolívar), esta región de la Patria hoy tan azotada por las inundaciones, le digo al mundo que pedimos y recibimos ayuda, pero no aceptamos proyectos expansionistas".

"Desde Calamar, esta región azotada hoy por las inundaciones, le digo al mundo que aquí hay pobreza y limitaciones, pero hay dignidad".

"El dinero se consigue todos los días, así en unas naciones sea más escaso que en otras. Pero la dignidad, el respeto al ser social, el respeto a las libertades individuales, cuando se pierden esos valores es difícil volver a recuperarlos".

"Nosotros seguiremos haciendo todos los esfuerzos por derrotar al terrorismo, por recuperar nuestros conciudadanos secuestrados, pero no admitimos que se abuse de nuestra tragedia para darle la razón al terrorismo".

"No admitimos que se abuse de nuestra tragedia para venir a incorporar a Colombia a un proyecto expansionista que poco a poco va negando las libertades que con tanta dificultad este Continente ha logrado conquistar”.

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