Por: José Ignacio Penagos H.

Celebramos con inmensa alegría el retorno a casa de las secuestradas por las Farc Clara Rojas y Consuelo González. Lo celebramos porque vuelve la alegría a dos familias y recobran la libertad dos seres humanos que nunca debieron vivir la tortura de ser secuestradas.

Pero la celebración no es motivo de agradecimiento para una guerrilla torturadora, asesina y violadora de todos los derechos. El retorno de Clara y de Consuelo no es un triunfo de nadie porque nunca debieron ser secuestradas. Este episodio nunca debió ocurrir como nunca le debió pasar a los que continúan en cautiverio.

Las liberadas son dos valiosas personas, pero son solo dos de los mas de 50 secuestrados políticos y los mas de 2000 extorsivos que tiene la guerrilla que sirve en intereses al narcotráfico. El secuestro no obedece a una forma de guerra o de presión ideológica sino que es utilizada por las Farc para poder presionar al estado a llevar a cabo despejes de territorio por donde necesitan sacar la droga e ingresar armas y en la mayoría de los casos, como manera de financiar frentes o bloques a los que les dieron libertad e independencia económica y lo hacen para poder demostrar que pueden contribuir con dinero al secretariado.

No son Clara, ni Consuelo, son cientos de colombianos y algunos extranjeros que están en poder de estos descerebrados faltos de humanidad en boscosos lugares a merced de la tortura salvaje que es vivir en la selva, sin agua potable, sin servicio médico, sin alimentación, sin comodidad alguna, encadenados en parcelas alambradas como campos de concentración a la intemperie. Selvas tropicales de climas malsanos donde la fiebre amarilla, el paludismo, la leishmaniasis entre otras enfermedades se hacen presentes por efecto del ambiente, y sumado a la violación carnal que son víctimas mujeres y hombres por parte de los guerrilleros enfermos de sida que con alta promiscuidad como lo reconoció en su diario de una guerrillera holandesa que tampoco puede desertar.

La exigencia de la comunidad mundial tiene que ir encaminado a exigir a las Farc que liberen a todos los secuestrados. Con esta liberación demostraron que no es necesario pedir extensos territorios despejados. Basta entregar unas coordenadas y permitir que una comisión internacional los rescate en la selva. También quedó demostrado que no hay que hacer circos mediáticos ni shows con directores de cine a bordo para lograr que las personas en cautiverio puedan quedar en libertad; que no es necesario montar complicados tinglados ni mentir, como lo hacen constantemente, para dejar a los secuestrados libres. Con esto demostraron que lo único necesario es entregar unas coordenadas y cumplir la palabra sin mentir.

Si como dicen las Farc, esta liberación se da a modo de desagravio al presidente venezolano Hugo Chávez, ante la supuesta ofensa que le Gobierno de Colombia le hiciera al retirarle de su misión mediadora, entonces habrá que agraviar mas seguido al mandatario en tantas veces como sean necesarias para que las Farc a modo de desagravios a su amigo Chávez continúen liberando secuestrados. Si definitivamente esta es la fórmula, pues tocará tenerla en cuenta. Las Farc tienen la obligación de continuar liberando a los militares y policías que tienen desde hace mas de 10 años, a los políticos, a Ingrid Betancurt, a los extranjeros que tienen en su poder, a las víctimas de este flagelo por extorsión, dejar libres a los niños guerrilleros que han reclutado a la fuerza y que utilizan en los combates como carne de cañón o que dejan a merced de las balas en los combates para que protejan la cobarde huida de los cabecillas guerrilleros.

La comunidad internacional y la opinión pública no se pueden equivocar con la liberación de Clara Rojas y Consuelo González Viuda de Perdomo. No se puede equivocar por el calor del episodio viendo a la guerrilla como ángeles o personas de caridad, o al presidente Hugo Chávez, gran amigo de estos asesinos, como una Santa Madre Teresa de Calcuta que media "desinteresadamente" por transacciones humanitarias. La comunidad internacional y la respetable Opinión Pública, no pueden perder la perspectiva y deben mirar el episodio con la alegría de ver libres a personas que -insisto- nunca debieron estar en cautiverio, pero con la dimensión exacta de lo que son las Farc: unos violadores de los derechos humanos y de las libertades, unos agresores y lesionadores de la dignidad humana, unos narcotraficantes y asesinos considerados como TERRORISTAS por las Naciones Unidas, la Unión Europea, los Estados Unidos y el pueblo colombiano que ha tenido que padecerlos en su territorio. La comunicad internacional y la opinión pública no pueden lavar la mala imagen de ese grupo con un paño de agua tibia. Solo han dejado en libertad a 2 de mas de 2 mil secuestrados. Hay que recordar que antes de liberar a dos personas, las mismas Farc han asesinado más de un centenar de secuestrados entre los que están el exgobernador de Antioquia Guillermo Gaviria, al Exministro de Defensa Gilberto Echeverry, a los policías y militares que estaban con ellos, a los diputados del Valle del Cauca y que sólo en estos episodios, son mas de 30 personas.

Bienvenidas Clara y Consuelo. Bienvenido Emanuel su hijo cuya suerte de haberlo encontrado protegido por los servicios sociales colombianos le permitirá encontrarse con su madre de quien fuera separado a los ocho meses de nacido. Bienvenidas a la libertad que nunca debieron perder. Bienvenidas valientes sobrevivientes.

Desde este Blog, levanto la voz para EXIGIR a las Farc que liberen a TODOS los secuestrados.