Voto inmigrante en España: Colombianos serían primeros en poder votar
Publicadas por José Ignacio Penagos Hincapié a la(s) 6:42 p. m.Por: José Ignacio Penagos H.
El debate sobre la posibilidad de establecer el voto inmigrante en España va avanzando a pasos de gigante y la tendencia es a aprobar la iniciativa gubernamental. Para muchos ya pende sólo de algunos ajustes en detalles que hagan que todo esté acorde con la constitución española.
Varios analistas no endógenos del tema perciben que el tema de la inmigración en España pasa de ser una realidad actual para convertirse en un punto de no retorno que avanzará y deberá avanzar por el bien de la misma España. Esta visión ubica a este país en un momento de punto de quiebre que no tiene retorno en las decisiones que se están tomando y en la implantación de políticas de control e integración.
Tamaño tema es visto en comparación con los Estados Unidos, salvo que los norteamericanos tuvieron su propio tiempo, ritmo en un mundo que evolucionaba dejándose tomar la ventaja que ellos quisieron y soportaron; en otras palabras las presiones frente al tema de la inmigración sólo partían de ellos mismos y la realidad de fueron generando. En España, esto no es así. La ralidad española evoluciona al ritmo del mundo globalizado de hoy y frente a coyunturas coincidentes provenientes de varios factores, la mayoría, externos. Así las cosas, las presiones que tiene el tema no parten del debate interno sino por el establecimiento de políticas desde la propia Unión Europea sin contar las vicisitudes del mercado internacional y las múltiples crisis que hacen que los países lanzadera vean a España como ese país receptor por excelencia que además no ha dudado en generar efectos llamada.
El caso de los colombianos en España es la consecuencia de esos efectos llamada que ha traído en los últimos tiempos a miles de inmigrantes que ingresan de manera legal con promesas de trabajo temporal limitados a uno o dos años para sectores como la hostelería, la construcción y la salud. Estos colombianos llegados en esta nueva ola de inmigración se suman a los llegados cuando España no pedía visa a quienes desde ese país quisieran llegar y que terminaron quedándose y que en la actualidad se encuentran en el prolongado proceso de regularización o legalización de su estadía.
Estos últimos son personas que llevan mas 6 o 7 años de permanencia cuando el efecto de la inmigración apenas se sospechaba. No obstante, los gobiernos colombiano y español, se han ido preparando a través de acuerdos como si vislumbraran esta realidad actual a través de acuerdos y modificación de sus estatutos legislativos internos a raíz de los convenios de colaboración y cooperación en todos los sentidos.
Con el anterior cóctel, si en España se aprobara de un momento a otro el voto inmigrante, los colombianos serian quizás los primeros en poder votar sin mayores problemas a la luz de los acuerdos firmados y desarrollados a lo largo de la última década.
Colombia y España han ido adecuando de lado y lado las leyes para garantizar seguridad jurídica basados en el desarrollo de las economías. Para ello Colombia, por ejemplo abrió las fronteras y generó la seguridad jurídica para que las empresas españolas pudieran entrar al país, abriéndole las fronteras. Con esta apertura llegaron empresas como Telefónica, Banco Santander, BBVA, Gas Natural, Unión Fenosa, entre una muy larga lista. Para ello, Colombia y España llegaron a acuerdos progresistas en materia de seguridad social, pensiones, movilidad vial entre los muchos convenios que se basan en el principio de reciprocidad.
Este es casualmente el principio que España contempla en su constitución como condición principal e irrompible para permitir el voto inmigrante. Si un extranjero quisiera votar en este país, a modo recíproco, el español que quiera hacerlo en el otro país, también podrá hacerlo.
Colombia tiene estipulado ese mismo principio de reciprocidad permitiendo que en su proceso electoral y con previo registro en el censo electoral, un español pueda votar en caso de ser aprobado el voto inmigrante en España.
El marco jurídico ahora pasa es por la conveniencia de la participación política en la toma de decisiones sobre lo que en un pedazo de territorio le rige o le afecta a un ciudadano inmigrante, toda vez que no simplemente llevaría a que quien vota pueda elegir, sino que este también podría ser elegido. La pregunta es si España, y mas que España, la sociedad española estaría preparada para aceptar esta situación?.
El voto se está planteando para las contiendas municipales y una vez esto se convierta en realidad, no pasará mucho tiempo para que también se de a otros niveles. Esto ya se vió en los Estados Unidos y más hoy se hace vigente, cuando se anuncia que Obarak Obama destinará una fuerte suma de dinero en la campaña para conquistar el voto inmigrante y concretamente el voto latino.
Queda claro que donde hay participación política también hay interés y con él la utilización mutua: "si me ayudas yo te ayudo". Los latinos sabemos que si se vota por alguien es porque se le exigirá a esa persona que actue en concordancia del voto; es decir, a favor del inmigrante que dio su voto para que mejoraran su condición.
El dabate está dado. Es claro que la reciprodicad está dada en los marcos jurídicos, pero son muchos mas los colombianos en España que los españoles en Colombia, aunque el dinero que mueven las empresas españolas en Colombia es muy superior a lo que mueven los miles de colombianos en España. Reciprocidades diferentes con diferente impacto pero que alimentan el debate cuando la mayor parte de los inmigrantes latinos en España son los ecuaorianos y no casualmente los colombianos, ni los argentinos, ni los venezolanos, ni los chilenos que tienen los acuerdos que necesarios para poder votar.
Así las cosas, veremos a quien se nombra de embajador para que busque que países como Ecuador, Bolivia y México puedan mover sus marcos jurídicos y buscar la reciprocidad en medio de la lentitud paquidérmica de estos países para hacer cambios, mientras en España ya en poco tiempo es aprobado el discutido voto inmigrante