Liberaciones en Colombia nuevo pulso 2 (CENSURA A LA PRENSA)

Por: José Ignacio Penagos H.
Lo que le faltaba al show de las liberaciones en Colombia. Ahora se suma la Censura de Prensa. Si bien los medios no han sido pulcros y han sumado al espectáculo el juego publicitario a veces indelicado, no es posible que en un país con un gobierno democrático en donde las libertades deben ser protegidas, la censura de prensa se converta en un hecho sin reparo.


Si bien los procesos de liberación han sido desordenados y no se ha establecido un protocolo de logística para la ubicación y garantizar el acceso a los medios de comunicación a la información de primera mano, hasta el día de ayer, era posible que los periodistas pudieran estar cerca de los escenarios fundamentales y que garantizaran que el mundo pudiera conocer la información. Hoy el gobierno nacional estableció censura explicita al obstaculizar el acceso a uno de los escenarios más importantes.

Pero no es gratuito. La decisión de no permitir el acceso a todos los medios al aeropuerto de Villavicencio, se debe a que un intrépido periodista, no alineado dentro de las políticas empresariales y que se busca la información de manera alternativa, logró ingresar al lugar exacto donde se desarrolló la entrega de los secuestrados.

Hollman Morris, quizás el único periodista real que no se queda con los comunicados oficiales, se lanzó a buscar más allá y de la mano y respaldo del medio para el que trabaja -Radio Francia Internacional-, desató la molestia en el Gobierno Nacional en cabeza del presidente Álvaro Uribe y de su Comisionado de Paz, al punto de hoy negar el acceso de "todos" los medios de comunicación al principal escenario informativo de las liberaciones.

Este nuevo episodio de Censura dentro de un gobierno democrático es, sin duda, una equivocación, pero suma la tensión de ese pulso permanente que mide las fuerzas y egos entre los protagonístas secundarios de las liberaciones y que pasa por encima de los verdaderos intereses de quienes padecen el flagelo del secuestro.

Nuevamente son historias paralelas que se marcan desde diferentes orillas por posiciones que parten desde políticos hasta mediadores y de la prensa y sus intereses pasando por encima de las familias.

Mientras exista democracia todas las libertades deben estar garanziadas y los periodistas, con sus excesos o no, tienen el derecho de informar. Sus excesos es y será elemento de análisis posterior, pero en el momento en que se producen hechos importantes para el mundo, la libertad debe garantizarse y por supuesto defenderse..

Pues va otro round en este pulso que se vive en este circo y el show debe continuar.

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