Liberaciones en Colombia nuevo pulso

Por: José Ignacio Penagos H.
Cuando se trata de liberaciones, rescates o fugas de secuestrados por las Farc, nada queda transparente, nada se hace con labor altruísta o que muestre que lo más importante es la vida de las víctimas y sus familiares.

No importa quien intervenga, si un organismo neutral, la sociedad civil "representada" por quienes no han sido elegidos para que representen; si el gobierno, si comisiones de países amigos, periodistas o políticos y hasta los mismos familares. Todos siempre entran en un juego en el que hacen parecer todo el proceso como un circo.

En cada una de estas funciones, el show mediático es fundamental y, aunque se anuncia que no habrá show mediático, siempre se da como parte del espectáculo deplorable.

Entre la alegría y la tristeza de quienes quedan libres y quienes se quedan o han muerto en cautiverio, siempre está la búsqueda de protagonísmo de todos los que interactúan. Las liberaciones de secuestrados en Colombia son sinónimo de pulsos políticos y de lucha de egos particulares en donde, hasta algunos secuestrados o exsecuestrados, sacan partido, sobre todo entre los que son políticos. (dicen que quien es nunca deja de serlo)

En las recientes liberaciones tienen más de lo mismo. Publicidad de circo, actuación de circo y escándalos propios del montaje del circo, en actuaciones que no ofrecen la más sincera reconciliación, búsqueda de paz, de un díalogo sensato o de la más mínima cordura que ponga sobre todas las cosas, en primer lugar a los secuestrados y sus familiares.

Por encima de ellos están desde las logísticas, los detalles faranduleros y la lucha de egos mostrados en "rifi-rafes" permanentes de acusaciones mutuas y de pataletas que generan el nudo que, si se tratara de una novela, generarían el raiting. Pero igual lo hacen. Los medios de comunicación capitalizan todo esto para titular las desgracias, los desacuerdos a 6 columnas y abrir noticieros, como si los procesos no tuvieran tropiezos y desvirtuando la noticia como información para hacela parecer noticia-espectáculo.

Claro que una cosa es que se den esos tropiezos en los procesos, otra muy distinta que siempre se repitan como un libreto preparado, como un capítulo mas de Betty la Fea o de la más reciente película en cartelera. Y es entonces cuando opinan los de siempre buscando protagonismo, se invita a exsecuestrados como comentaristas deportivos, para que comenten los procesos y especulen de lo que se está viviendo en la selva, mientras las comisiones están en el proceso en donde, supuestamente, no habrá periodistas.

Es triste, pero en Colombia las liberaciones son un juego que oculta otras realidades y sobre todo que ignora a quienes realmente sufren el flagelo para ser solo ese show que debe continuar.

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