Mientras todos los países hispanoparlantes buscan la manera de salir del subdesarrollo, España por el contrario parece ser un país que acelera su conducción en sentdo contrario.

La actual crisis económica ha demostrado la gran mentira con la que en los últimos 20 años han vivido los españoles y el engaño al que han sido sometidos, convenciéndolos del famoso "milagro español", de su desarrollo absoluto y de ser la "supuesta" octava economía del mundo.


Tales mentiras fabricadas desde gobiernos, medios de comunicación y egolatría popular, les hizo olvidar su pasado cercano de pobreza y la lógica real de la evolución momentánea de este país que los llevó a acariciar de cerca la idea del desarrollo.

Si bien, España ha dado pasos muy importantes dentro del contexto mundial logrando una vocería y protagonismo especial, esto se debió a la incorporacion de este país a la Unión Europea, que no sólo de abrió el espacio para que hablara desde el balcón del parlamento europeo, sino que le financió las tantas, millonarias y grandes obras de infraestructura e industria que ha tenido en las décadas en las que ha sido miembro.

En infraestructura, las redes de carreteras completamente nuevas, aeropuertos importantes, multiplicación de redes de ferrocarril y metro, reconstrucción y mantenimiento del patrimonio arquitectónico; fueron obras con dinero europeo.

La estabilidad del agro español fue todo subsidiado con dinero europeo al igual que la industria española basada en la capitales de empresas extranjeras que absorvieron las pequeñas locales y que hoy cuando amenazan con retrirarse a otros países, generan desetabilidad.

La España que hoy conocemos, no sería la misma si no hubieran existido los fondos europeos que ha finaciado también al Estado. La España de hoy no se hubiera alcanzado si se hubiera seguido el proceso y la dinámica normal que traía el país antes de ingresar a la Unión Europea.

Podría decirse, entonces, que el milagro español no existió, en cambio sí podría hablarse de un milagro europeo con España.

Muestra de ese engaño y de la necesidad urgente que los españoles aterricen sus pies en la tierra, es la crisis económica mundial y que, en Europa, ha afectado dramáticamente a España más allá de las proporciones medios de los países miembros; al punto que la misma Unión Europea ha llamado la atención a España por no haber aprovechado los dienros que durante dos décadas se le transfirieron, para generar políticas de estabilidad reales para empleo, industria, agro y todos los sectores.

A esta crisis económica se le viene una anunciada dentro de los pactos con la UE y es el desmonte gradual de los subsidios y que deberán ser destinados para hacer el mismo proceso que se hizo con España pero con los nuevos miembros de centro-europa y el este.

Desde antes de arreciar la crisis, ya se veía como sectores agrarios protestaban por el desmonte de estos subsidios y de la falta de apoyo estatal para continuar con su proceso productivo, que fue inflado en sus beneficios, por no ser una economía real sino subsidiada. Se conocía del caso de hacendados que dejaban dañar cultivos de girasol para cobrar el seguro en vez de dar vía libre a la venta del producto.

Otra de estas muestras de desestabilización se daba cuando empresas de automóviles amenazaban desde hace 3 años con llevarse las fábricas para otros países en donde la mano de obra era mas barata. Los periódicos y noticieros de televisión daban cuenta de las protestas de cientos de personas, de ayuntamientos completos que exigían el no desmonte de esas empresas que llegaron gracias al milagro europeo pero que nunca dijeron que su llegada fuera para quedarse.

Si la tendencia de la retirada de esas empresas se da para trasladarse a los paises nuevos miembros para ayudar como en otrora lo hicieron con España se produce o simplemente porque deciden irse, están en su derecho. Es claro que el sentido privado de empresa tiene como fin único la productividad y multiplicación de la riqueza y en ese caso, lo lógico es buscar economías emergentes en donde pueden no solo vender mas, sino producir barato.

Pero esta tendencia será aún mas desastroza para los españoles acostumbrados a vivir en una falsa economía que les cambió la pobre y devaluada peseta por el caro y fuerte euro que encareció la vida y que, la mayoría todavía extraña cuando todavía hablan, calculan y negocian en antiguas pesetas, aunque paguen con euros.

Lo peor de todo, es que en estos 20 años, creció una generación acomodada y desprevista del sentido del esfuerzo. No han pasado necesidades por lo que tampoco se acostumbraron a trabajar. Una generación de jóvenes que tiene otras preferencias y que se acostumbraron a estilos de vida de consumo y del despilfarro, acoplando la frase de "lo que nada cuesta, se vuelve fiesta".

En la segunda parte, conozca cuales son los comportamientos de un país en vías de desarrollo, es decir, subdesarrollado y que demuestra como el desarrollo español va en vías de subdesarrollo.